Nicanor Parra nació con el don de la palabra, es a sus noventa y siete años un mundo de palabras, todo un planeta de palabras, un planeta como aquellos que observaba cuando estudiaba cosmología en Oxford. Físico y matemático, premio Cervantes de 2011, posiblemente sea el mayor poeta vivo que escribe hoy en día en español, creador de un género nuevo, la antipoesía, el chileno no solo es dueño y señor del mensaje, sino también el medio, pues es capaz de plasmar sus versos mucho más allá del universo en blanco del folio, más allá de una cuartilla y una pluma, porque para Parra el recado de escribir puede ser una tabla de madera, la bandeja de cartón de una pastelería, un collage, una botella de coca-cola o lo que él, versado hombre de ciencia, llama trabajos prácticos, donde los versos viajan en el futuro, o se remontan en el pasado, tan relativos ellos como la teoría de Einstein, siempre presente en la obra del genial poeta chileno.
El poeta y toda su obra son el eje de la exposición «Nicanor Parra. Obras públicas» que este jueves se inaugura en la Biblioteca Nacional de España. La muestra, que ha sido organizada por la propia la Biblioteca Nacional de España, la Fundación Aqualogy, la Pontificia Universidad Católica de Chile y Aguas Andinas S. A., es comisariada por Ignacio Echeverría, uno de los mayores expertos mundiales en la obra de Nicanor Parra, y el montaje ha corrido a cargo de Hernán Edwards, músico, arquitecto y yerno del poeta.
Nicanor Parra es un poeta capaz y único en su forma de llevar la palabra a los lugares más insospechados, como confirma Echevarría. «De eso se trata, precisamente. De buscar vías por medio de las cuales hacer llegar la poesía a su principal destinatario: el hombre de la calle. El trabajo de Parra con la visualidad imita fórmulas de la publicidad, de los grafiti callejeros, de los anuncios periodísticos. Todo vale con tal de producir el chispazo por medio del cual el ciudadano corriente activa la energía latente en el lenguaje que él mismo emplea cada día».
Caso sumamente extraño en un poeta es la condición de físico y matemático de Parra, condiciones que abren muchísimos y nuevos caminos en su obra poética. «Parra ha dicho siempre -continúa Echeverría- que sus artefactos son el resultado de la explosión de los antipoemas. Con ellos ensayó un método más radical, más drástico de reflejar la experiencia del hombre contemporáneo. Un método derivado de la física moderna, el método cuántico, que no concibe la realidad como continua sino discontinua. En las concepciones de la antipoesía tienen un papel fundamental el principio de la relatividad y el principio de indeterminación, centrales en la física del siglo XX».
Informa: www.abc.es