Os invitamos a leer la siguiente entrevista a Ángel Juárez Almendros, Presidente de Mediterrània, para analizar y resumir los primeros 20 años de esta entidad que se celebran este año 2013. Es un documento extenso, donde he podido hablar de todo un poco, y ameno. Esperamos que os guste
ENTREVISTA
Este año 2013 es muy importante para una entidad, Mediterrània, que celebra sus primeros 20 años de existencia. Nació en la ciudad de Tarragona, creció y se mantiene en el tiempo en constante evolución. Tras su nacimiento, se fundó posteriormente la Fundación Mare Terra y más tarde, la Red Internacional de Escritores por la Tierra y la Coordinadora de Entidades de las Comarcas de Tarragona. Las actividades realizadas, y las que aún se mantienen, son muchas y para comentar estas dos décadas de labor en pro del medio ambiente, la cooperación y la justicia social nos acompaña el presidente y fundador de Mediterrània, Ángel Juárez.
Veinte años de la fundación de Mediterrània que nace desde el movimiento vecinal y en el barrio de Riuclar…
Es una satisfacción poder decir de donde hemos nacido, cual es nuestro origen porque no todo el mundo puede decirlo. Creo que es un ejemplo claro de cómo, desde las cotas más minimas y humildes, se puede llegar siempre progresando. Nace en un barrio muy humilde, muy pequeño, y nos tocó luchar contra muchas adversidades y teniéndolo todo en contra menos un elemento que muchos no tuvieron en cuenta, la fuerza humana y la ilusión de todas las personas del barrio que hizo posible que naciera primero la asociación de vecinos y más tarde viese la luz Mediterrània. Y desde el propio movimiento vecinal generamos el nacimiento o colaboramos en generar la creación de otras entidades como la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona o la Confederación de toda Catalunya.
No podíamos entender que dentro del movimiento vecinal no existiese ningún grupo ecologista en esta zona donde, ya por aquel entonces, había centrales nucleares, industria química, turismo y todos los elementos que obligaban a tener una entidad como Mediterrània.
Hace dos décadas los conceptos que hoy en día nos son habituales, hablo del medio ambiente, ecología o sustentabilidad, no existían y me imagino que era complicado inculcarlos….
Si. Lo curioso es que nos convertimos, ya como asociación de vecinos, en el referente de reivindicaciones medioambientales no solo en Tarragona sino de toda la provincia y en muchos casos también en Catalunya. Cuando había un tema a denunciar estábamos ahí y en ese punto se creó Mediterrània. Y estuvimos muchos años siendo punta de lanza de todos aquellos temas de denuncia ciudadana. En grandes reivindicaciones de esta ciudad, como lo relacionado con el transporte de mercancías peligrosas por las calles del centro, yo aparecía como presidente de la asociación de vecinos y no como Mediterrània porqué esta entidad ni siquiera había nacido. Nos pasó también cuando se reivindicó la canalización de la riera de Riuclar que afectaba a todo un polígono entero y donde tuvimos que hablar con varios ayuntamientos, con la Agencia Catalana del Agua o con la Diputación. Reivindicábamos luchando contra verdaderos gigantes y lo hacíamos desde un barrio humilde. Por eso es lógico que naciese Mediterrània, amparada por la asociación de vecinos y la propia federación, con tanta fuerza como lo hizo.
Vamos al año 1993 y hablamos de dos eventos muy importantes para Mediterrània. Me refiero a la Trobada del Medi Ambient y al Curso Científico.
Así nace, con estos dos elementos. La educación ambiental en diferentes ámbitos escolares y también en la vertiente científica. Fuimos pioneros en toda España, y quizás también en Europa, en empezar a hacer cursos con créditos libres con la universidad. Siempre hemos pensado que las universidades son muy elitistas y que hay una parte de la sociedad muy interesada en conocer más a fondo ciertas actividades docentes. Rompimos con la tendencia y logramos empezar haciendo tres cursos a la vez, con más de 150 alumnos, en su primera edición. Y lo complementamos con la Trobada del Medi Ambient que reunió a más de 100.000 personas comprobando que aquello funcionaba. Con la feria y el curso nació realmente esta entidad que cubrió un vacio importante porque en Tarragona no había nadie que se dedicase a temas de ecología y medio ambiente.
Con toda esta implicación social se puede decir que nace en Tarragona y para Tarragona porque siempre se ha buscado esa implicación social y una máxima complicidad…
Esa era nuestra idea. Desde Tarragona abrirnos al mundo. Para los cursos nos venían técnicos de muchos puntos de España y representantes de muchos ayuntamientos. También recuerdo que en aquella época se estaban empezando a formar los Mossos d’Esquadra y que nos enviaban a cuarenta o cincuenta agentes de este cuerpo para que se formaran en nuestros cursos. Al poco tiempo de empezar salió en Catalunya la nueva Ley de Residuos que fue pionera en todo el estado español y evidenció que en aquellos momentos todo se ponía a caminar al mismo tiempo para generar, desde nuestra entidad, desde las administraciones y otros sectores todo el ámbito del medio ambiente.
Vimos rápidamente que era difícil hacer cambiar el chip a las personas más mayores y es por eso que nos centramos en crear actividades de educación ambiental en las escuelas e institutos porqué eran las nuevas generaciones las que tenían que heredar la concienciación y el respeto por el medio ambiente y el entorno más inmediato. Empezamos con las tres R: Reducción Reutilización y Reciclaje, en aquel momento era como hablar en chino. Ahora lo vemos como algo del pasado y tenemos una generación mucho más concienciada.
La concienciación es muy importante y ha sido un caballo de batalla de Mediterrània. El otro campo de actuación ha sido todo aquello relacionado con las denuncias por vertidos, por delitos medioambientales. ¿Imagino que es una labor mucho más complicada y delicada?
Jamás hemos creído que pegando con el mazo las cosas cambian pero también hemos tenido claro que si no hay presión sobre las empresas que cometen los delitos y no se les sanciona económicamente tampoco pueden cambiar las cosas. En nuestros inicios nos dijeron que éramos muy duros por denunciar vertidos al mar o a los ríos, por poner contra las cuerdas a quienes maltrataban el medio ambiente pero no había nadie más que hiciese nuestra labor.
Cuando se aprobó la Ley de Delitos Ecológicos todo cambió porqué se sentaba en el banquillo a personas y empresas que hasta entonces pasaban de todo impunemente. Ha sido una trayectoria intensa de lucha y muy especialmente con todo lo relacionado con el río Francolí que tanto representa para nosotros. Nadie nos podrá negar que llevamos dos décadas, casi dos generaciones, trabajando para conseguir que nuestro río tenga vida.
¿Crees que Mediterrània ha sido en algún momento molesta, por su labor de denuncia, para algunos gobiernos o empresas?
No hay duda. De hecho aún seguimos siendo molestos y quizás esa sea la garantía y nuestro propio orgullo para evidenciar que nuestra entidad no está domesticada ni sometida ante nadie. Hemos intentado siempre autofinanciarnos lo máximo posible y hemos sufrido, y lo sufrimos aun, el boicot de algún medio de comunicación local, que se inició hace más de diez años, y que les lleva a no hablar de nosotros aunque generemos información muy útil para la sociedad. No es ético ni moral. Y dudo hasta que sea legal secuestrar una voz, la nuestra, de esta manera. Todo tiene un precio.
Este año, para conmemorar los 20 años de Mediterrània, se ha elaborado un comic, a cago del dibujante J.M.M Albiol de Riuclar, que es un documento gracioso y al mismo tiempo histórico…
Hemos intentado darle un aire de humor y de interés para contar en formato gráfico estos veinte años. Aposté por Albiol porqué es el ejemplo caro de un joven que se cría en Riuclar y va creciendo como persona y profesionalmente para llegar mucho más lejos. Estamos muy contentos con el resultado final. Es un gran comic que estamos regalando a todos los que nos lo piden.
Veinte años dan para mucho y hay momentos muy importantes. Uno de ellos es el nacimiento de la Fundación Mare Terra. ¿Qué supone este momento exactamente en el recorrido de estas dos décadas?
Quisimos separar las líneas de trabajo para tener a Mediterrània como entidad más reivindicativa y dedicar la fundación a la vertiente más social, la de la cultura, los Premios Ones y, posteriormente, la generación de alianzas con personas comprometidas para luchar por un mundo más justo y solidario. No quisimos dejar fuera de la lucha a todo un sector cultural que lo forman millones de personas a quien había de implicar en todo momento. Y apostamos por la creación de la Fundación Mare Terra que, de hecho, tiene cada vez más protagonismo.
De hecho, hablar de la Fundación Mare Terra es hablar de cooperación internacional. Antes decíamos que se nace en Tarragona para Tarragona pero posteriormente la acción se extiende a todo el mundo. Se ha hecho, y se sigue haciendo, cooperación en más de quince países…
El accidente de Chernóbil puso en evidencia que en temas medioambientales no hay fronteras y que se deben buscar alianzas internacionales para luchar por temas comunes. Y así fue como empezamos a llevar a varios países la lucha por temas que afectan a todo el planeta. Tenemos un protagonismo muy fuerte en la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), hace poco hicimos un taller sobre educación ambiental muy importante en Corea y a todo ello le sumamos todos los proyectos de cooperación realizados en una quincena de países de Latinoamérica y África.
De alguna forma, nosotros inventamos la palabra “ecología social” por nuestros propios orígenes, porque se puede ser ecologista y estar luchando desde el ámbito vecinal. Ahora, con la crisis que padecemos, hay un pequeño parón en los proyectos de cooperación pero los proyectos siguen haciéndose. Se realizan de otra forma, sin dinero pero con el factor humano, haciendo de intermediarios con los ayuntamientos de las zonas necesitadas, sobre todo en Centroamérica, donde conseguimos que haya contrapartes que gestionan los mismos proyectos.
La unión para luchar desde todos los ámbitos posibles por la mejora de la tierra se llama RIET, la Red Internacional de Escritores por la Tierra. Nace en 2006 con dos protagonistas especiales, Ángel Juárez y Ernesto Cardenal, y se consolida y crece con la suma de muchas otras personas. ¿Qué es la RIET hoy en día?
Me atrevo a decir que la RIET es la única red comprometida que existe en el planeta. Hay muchas otras redes pero están todas especializadas en sectores concretos mientras que la RIET aglutina a periodistas, naturalistas, científicos, músicos, cantantes, naturalistas, a más de 600 personas de todo el mundo y de todas las profesiones. El compromiso de todos sus miembros es el de la lucha, a través de la palabra, a favor de la tierra y en contra de la mortalidad infantil, las desigualdades sociales, los negocios de las multinacionales que perjudican a millones de personas, que luchan contra el cambio climático…
La Red Internacional de Escritores por la Tierra es una herramienta de lucha contra todos aquellos gigantes a los que hay que derrotar, los gobiernos que violan la defensa de los derechos universales, aquellos estamentos que abusan permanentemente de los demás.
Hasta ahora hemos celebrado seis Encuentros de Escritores en México, Nicaragua, El Salvador y España. El quinto lo hicimos aquí, en nuestra querida Tarragona. Era una asignatura pendiente y la realizamos con un completo éxito, con la llegada de invitados de muchos países y la implicación de la sociedad.
De forma paralela al nacimiento de la RIET, se crea también, para un ámbito más local, la Coordinadora de Entidades de las Comarcas de Tarragona que, tras crecer de manera constante y consolidarse, se ha convertido, en cierta manera en una plataforma que hay que tener muy en cuenta…
La CECT nace de la necesidad de no alejarnos, aunque sigamos trabajando en un plano más internacional, de nuestras bases sociales y de la esencia inicial de Mare Terra y Mediterrània. Por este motivo nos implicamos y hace seis o siete años empecé a llamar a mis antiguos compañeros del movimiento vecinal con quienes creamos la Coordinadora.
Teniendo a la CECT, no perdemos el norte y sabemos en todo momento qué problemas hay en nuestro entorno más inmediato, que necesidades tienen las familias más cercanas. En la Coordinadora hay máxima diversidad, desde la asociación de Botiguers de Tarragona, que son los últimos que han entrado, hasta entidades de defensa de mujeres con riesgo de exclusión social, de personas que han salido de la cárcel o que sufren dependencia a las drogas o al alcohol, asociaciones de vecinos, colectivos de inmigrantes…
De momento no hemos tenido ayuda en nada. Y cuando digo en nada es nada. No hemos recibido ni un euro pero sin embargo nos vamos fortaleciendo.
Este año, con el vigésimo aniversario de Mediterrània, hay una gran colección de imágenes que son interesantes. Pero hay una que salido en todos los medios y es la del momento en que le entregas al alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, en la gala de los Premios Ones, un ejemplar de la foca monje que es el símbolo de la entidad…
Pues la entrega de la estatua de alabastro de la foca monje, que es nuestra mascota y se llama Peluso, responde a la voluntad de agradecer al alcalde su decisión para que los Premios Ones sean patrimonio de la ciudad y a partir del próximo año los coorganizemos entre Mare Terra Fundación Mediterrània y el Ayuntamiento de Tarragona. Entonces, creo que cuando lleguen al despacho de alcaldía los invitados para saludar al alcalde, deben ver a nuestra foca de la misma manera que hay otros elementos similares.
La patrimonialidad de los Premios Ones es muy importante por la labor generada hasta ahora y por toda aquella que vendrá. Uno de los puntos de encuentro más importantes ahora es la famosa Escola de Natura Francolí, al final del parque fluvial del mismo nombre…
Yo creo mucho en la sostenibilidad que creo que es la clave para no caer en todo en la vida. No me gusta ir detrás de las personas para demostrar el trabajo hecho porque creo que es evidente la labor realizada. Y en este sentido, me gusta ver que se hacen ahora esfuerzos para poner en nuestras manos la posibilidad de seguir con la labor social y en este caso la Escola de Natura es un elemento imprescindible.
Si hace veinte años que estamos haciendo talleres y salidas, actividades de educación ambiental y otras acciones relacionadas con el medio ambiente, es muy lógico que tengamos este espacio llamado Escola de Natura en un terreno cedido por el ayuntamiento y gestionado por nosotros.
Para acabar, Ángel, transcurridos veinte años. ¿Qué se divisa hora en el horizonte?
Nosotros en temas ecológicos funcionamos muy bien. El hecho de tener solo entre un 10 y un 15 por ciento de nuestro presupuesto derivado de subvenciones, porque el resto es todo a través de convenios privados, nos ayuda a no caer como han caído otras fundaciones o entidades.
El futuro es tener la oportunidad, dentro de esta gran crisis, de cambiar, renovar e innovar, reinventarse en definitiva. Esta aventura tan fascinante empezó en Riuclar hace 20 años y el camino solo acaba de comenzar.