Artículo de Ángel Juárez Almendros, Presidente de Mare Terra Fundación Mediterrània y de la Red Internacional de Escritores por la Tierra.
Siempre he pensado que sumar garantiza el futuro de un colectivo. Me refiero al hecho de aprovechar la oportunidad de crear redes, lazos de colaboración, nexos de unión en aquellos aspectos que nos rodean y acciones que desarrollamos. Sumar significa mantener vivo un proyecto y aumentar sus posibilidades de éxito y su permanencia en el tiempo.
Lo he comprobado de nuevo hace pocos días, durante el viaje que he realizado a Roma para participar en la presentación del último libro de mi amiga Celina Moncada y dar a conocer en la capital italiana la Red Internacional de Escritores por la Tierra, la RIET. Cuando el escritor Ernesto Cardenal y yo decidimos, hace ya seis años, crear esta plataforma social, cívica y cultural, sabíamos que debíamos contar con las máximas complicidades para garantizar que se producía movimiento constante y se avanzaba lentamente pero con seguridad y garantías.
Es indudable la fuerza de la Red de Escritores en toda la zona de América Latina, donde hemos celebrado cuatro de los seis encuentros de escritores, y la consolidación que tiene, desde sus orígenes, en España. Ahora se trata de divulgar los motivos y objetivos, el día a día y el futuro de la Red en otras zonas. Italia ha sido el primer paso y ha servido de mucho. La presencia de poetas de origen latino y afincados en Roma nos ha ayudado a difundir nuestro mensaje de la misma manera que ha sido más que útil la presencia de poetas italianos que también forman parte de esta Red y no han faltado a la cita.
Y a los apoyos de todos ellos se les han sumado otros de nuevos. Personas invitadas al acto realizado en el Instituto Cervantes, donde se presentó la Red de Escritores, que al finalizar el acto se ofrecieron a sumarse a esa lista de más de 600 escritores, poetas, músicos, cantantes, científicos, periodistas, naturalistas y gente de muchas otra profesiones que son miembros de la RIET.
Cada uno aporta lo que puede en función de sus posibilidades y al final todo sale bien cuando se trata de convocar un evento, garantizar su realización y conseguir el público adecuado para seguirlo. Es, de nuevo, el ejemplo de la lucha que hay que llevar a cabo para potenciar ideas y proyectos donde es básico conseguir la complicidad de muchos otros.
Quizás por eso, por estar acostumbrado a sumar, no entiendo a aquellas personas que individualizan sus acciones, crean su propia capilla o altar y deciden caminar solos en ciertos momentos y pidiendo ayudas en otros momentos aunque después no correspondan cuando se les llama a colaborar. Se les ayuda pero no ayudan y ponen en evidencia que la colectividad, en la que no creen o no ejercen para ganar protagonismo personal, es necesaria.
Deberíamos entender todos, y los individualistas los primeros, que el mundo gira con el paso de todos los que habitamos en él, que no conduce a ningún lugar actuar en primera persona sin apoyos externos. Deberíamos tener claro que es mejor formar parte de una Red como la de Escritores que escribir paginas sueltas que acabaran en un vacío total, sin futuro.
Dicen que todos los caminos llevan a Roma y ha sido en esta gran ciudad donde hemos empezado a caminar para conquistar, siempre mediante la palabra, otros muchos espacios donde hay personas dispuestas a sumar y trabajar en común. Hay que recordar siempre, como dijo Ortega y Gasset, que… el mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.