Artículo de Ángel Juárez Almendros, Presidente de Mare Terra Fundación Mediterrània y de la Red Internacional de Escritores por la Tierra.
Parece que gran parte de nuestra sociedad se ha acostumbrado a curar cuando el dolor ya está hecho en lugar de prevenir con tiempo la posible enfermedad o problema. Este sistema de reparar los daños cuando se hubiesen podido evitar es el peor de los remedios y en ocasiones, hay ejemplos claros cuando se trata de acciones globales, pueden tener consecuencias impensables. A nivel de medio ambiente, que de ello trata este artículo, tenemos en la mente los efectos de BP perforando el Golfo de México y la reacción que tuvo nuestra madre tierra. Ahora el ejemplo es más cercano y tiene su nombre y espacio: Castor y Vinaròs (Castellón).
Por más que los vecinos, organizados en plataformas, y las entidades ecologista como la que presido, Mediterrània, avisamos de los peligros de inyectar gas en ese espacio de la tierra que ahora provoca los terremotos, ni las administraciones ni la propia empresa escuchó las advertencias. De nuevo, y viendo con tiempo las orejas al lobo, se ha actuado con imprudencia y pudiendo huir del mal, el mismo mal, que es el propio lobo, no has pasado factura. Algunos siguen pensándose como los Dioses de la Tierra y es el propio planeta quien les recuerda, una y otra vez, que son simples mortales.
Lo peor del caso es que, una vez más, se ha producido un silencio administrativo hasta que la voz de los ciudadanos, saturados de indignación, ha provocado la reacción obligada de nuestros dirigentes. Cuando los perjudicados han gritado BASTA y han exigido explicaciones alguien se ha movido pero no se sabe aún quien ha contado toda la verdad o que parte de ella han ocultado. Cerca del almacén de Castor hay tres centrales nucleares, Ascó y Vandellòs, y una plataforma petrolífera, la de Casablanca. ¿Puede decirnos alguien, sus responsables, que no han sido afectadas por los más de 500 terremotos y movimientos sísmicos diversos de las últimas semanas? ¿Nos puede alguien decir la verdad sobre lo que está pasando lo que podría pasar en un futuro?
La Tierra ha creado a lo largo de miles de años ecosistemas y dinámicas que han ido proporcionando el equilibrio adecuado dentro de nuestro planeta, configurando un paisaje lógico. Cada uno de los espacios terrestres se ha ido aposentando para acoger los diferentes problemas generados por el agua, las fallas, los volcanes u otras fuerzas naturales. Estas fuerzas tienen una capacidad de provocar cambios importantes a su alrededor pero gran parte de nuestra humanidad parece que no ha entendido esto e intenta modificar los cursos de los ríos, variar la conformación de las capas terrestres o modificar los relieves superficiales esperando que no pase nada.
Aunque durante las últimas décadas cualquier trabajo que se realice necesite un estudio de impacto ambiental, los intereses particulares fuerzan a que todo sea aprobado, y más en épocas como las que vivimos actualmente.
Pero las consecuencias siempre llegan y lo hacen en forma de inundaciones, maremotos, terremotos, tsunamis o con repercusiones más extensas cuando jugamos a ser Dioses. Y si la seguridad se pone en juego los ciudadanos tienen todo el derecho de exigir la paralización de un proyecto, hablo de nuevo de Castor, al cual se le debe sumar también el riesgo nuclear que conlleva.
El juego del enriquecimiento de unos pocos pone en riesgo a miles de ciudadanos y esto no es justo aunque últimamente la justicia no tiene mucho que ver con lo justo. El problema es que los malos gobernantes que permiten estos desastres con sus ineficaces políticas pasan con los años mientras la tierra sigue cambiando y lo hace también con las heridas que se le están provocando. Una vez más pido que tengamos respeto por nuestro planeta y que acabemos con las mentes vacías que, por poder o dinero, están dispuestos a jugar con el futuro de todos. ¡BASTA YA! ¡En nombre de la pahamama!