Por Ángel Juárez Almendros, Presidente de Mare Terra Fundación Mediterrània y de la Red Internacional de Escritores por la Tierra.
Hemos banalizado tanto este mundo que ciertas acciones del hombre que ponen en peligro a otras especies animales ya no nos parecen condenables ni las calificamos como salvajadas. La mayoría se han acostumbrado a ver como algo normal, o digamos que hacen la vista gorda sin protestar, que se comercie con el marfil que se extrae de los colmillos de los elefantes o rinocerontes a través de masacres de estos animales.