El mensaje es claro: el tiempo se acaba y hay que detener las emisiones de gases de efecto invernadero. Así ha comenzado este lunes la Cumbre del Clima en Madrid.
Han llegado los jefes de estado, gobiernos, primeros ministros y los nuevos altos mandatarios europeos. Pero este no es sólo un problema político, la cumbre se da en medio de una concienciación social sin precedentes para actuar contra la emergencia climática. Es necesario escuchar a la gente que sale a la calle, los jóvenes que están hartos de ver cómo no se les tiene en cuenta y entre todos hacer que el cambio sea posible. Es evidente que no podemos cambiar nuestra huella ecológica de un día para otro, pero también es evidente que no podemos seguir viviendo igual.
Estamos claramente en una crisis, donde los desastres que provoca la emergencia climática, ya son la primera causa de los desplazamientos internos. Según Oxfam Intermón más de 20 millones de personas tienen que marchar anualmente de su casa para efectos, entre otros, de las inundaciones, los incendios forestales y las sequías.
Desde Mare Terra Fundación Mediterrània creemos en la transformación, y el camino para llegar a él pasa por lograr el desarrollo sostenible. La hoja de ruta está marcado: economía, sociedad y medio ambiente deben ir juntos y encontrar el equilibrio entre ellos. Debemos cambiar nuestro modelo de vida, los sistemas productivos, la alimentación. Como dice Cristina Gallach, Alta Comisionada para la Agenda 2030 de la ONU en España, los próximos 10 años serán de transición para que el 2050 no se dependa de las energías de carbón. Cuando la comunidad científica empieza a avisar que si los países no actúan ya, no se podrá limitar las temperaturas globales a un grado y medio al final del siglo, Cristina Gallach pide acción pero también ambición, si la sociedad no cree que se puede conseguir, si la sociedad no lucha por conseguirlo nada de esto será posible.