La cantautora nicaragüense Katia Cardenal es miembro de la RIET. Entre su extenso palmarés, destacamos el premio Sang til friheten de la Fundación Bjorn Afzelius (Dinamarca) por su compromiso con la paz; el Premio a la Trayectoria y el Premio Cantante femenina del año de la Asociación de Artistas de Nicaragua Rafael Gastón Pérez en conjunto con la Asamblea Nacional o la creación de la Fundación Dúo Guardabarranco, dedicada a mantener viva la obra que realizó junto a su hermano Salvador Cardenal Barquero.
¿Nuestra realidad es un mito?
Las características irreprochables que nos dan la conducta y las normas, bajo la dirección de la ética y la moral del comportamiento en que nos debemos regir, nos hace ser sospechosos de ser simples instrumentos de la sociedad del consumo que termina alienándonos y al tiempo que sucumbimos bajo el apetito voraz del capitalismo, que lejos de llegar a su fin fruto de sus propias contradicciones como profetizaran las más gloriosas figuras del marxismo, parece tener salud suficiente para seguir engulléndonos.
Vivimos en una sociedad carcelaria, en que los presos deambulamos bajo la atenta mirada de nuestros cancerberos sentados cómodamente mientras parecemos circular sin una dirección definida, casi como un deambular tautológico. Esta sociedad carcelaria que habría hecho enmudecer a Jeremy Bentham con su “Utilitarismo” en una suerte de panóptico necesario para los nuevos tiempos, dentro del régimen de esclavitud asalariada nos hace preguntarnos ¿Dónde se haya la verdadera libertad del individuo?
Si acaso somos conscientes de los principios rectores que deben animar a nuestra libertad, entendiéndola como la capacidad de autodeterminación de la voluntad, que permite a los seres humanos actuar como deseen. Sin embargo, cabe preguntarse de qué forma ejercemos ese derecho moral, democrático y jurídico consagrado en todos los grandes volúmenes de las constituciones de las naciones o en la declaración universal de los derechos humanos.
¿Somos capaces de discriminar, lo bueno de lo malo? ¿Lo real de lo irreal? No será que vivimos en una inmensa caverna como lo expresara Platón (que constituyen una detallada discusión sobre la naturaleza de la justicia) ¿Y no sospechamos siquiera que existe una libertad más plena, solo que no la conocemos o tal vez tememos pasar los límites de nuestra propia realidad, so pena de sucumbir a ella?
Ya el escritor inglés Aldous Huxley describía en su novela a una sociedad futurista cuyos habitantes viven en un mundo ilusorio, tanto como lo hizo en 1516 Tomas Moro, Huxley al respecto de la libertad y la experimentación de ella expresó en su libro en que los isleños palaneses consumen una substancia cuyo nombre es “medicina moksha”, esta substancia no es para los escapistas ya que un principio ético de la isla se refiere a “prestar atención” pues bien, esta droga se suministra a los jóvenes palaneses mientras el guía les dice “La liberación… el fin de la congoja, dejar de ser lo que ignoradamente creéis y convertiros en lo que en verdad sois. Durante un breve lapso, gracias a la medicina-moksha, sabréis lo que significa ser lo que en verdad sois, lo que en verdad habéis sido siempre”. E cierta forma es el escape de la Matrix de los hermanos Wachowski y sus propias libertades sexuales sin pildoritas azules.
Es evidente que nosotros al haber modificado nuestro entorno y haber creado artificialmente los lugares en que vivimos, hemos perdido esa comunión de lo que somos, transitamos por los entresijos como si fuéramos una partícula acelerada artificialmente a punto de estrellarnos con la realidad, corriendo por los laberintos de nuestra propia vida ¿Esta aun nos pertenece? Sin más pretensión que cumplir con los dictámenes socio-biológicos que creemos importantes y todo lo que no calza con este molde es mirado con desdén.
Cuando los socialismos reales cayeron en apariencia bajo la vetusta losa de la economía planificada, muchos sentenciaron y exclamaron montados sobre el muro de Berlín, desgranando ingentes trozos de colección, preconizando el inicio de una nueva era, finalmente terminaron preguntándose ¿Tanto, para esto?
Luego del “pecado de la desconfianza original” terminó por sepultar la más afiebrada teoría de un renacimiento del capitalismo más humano, sin embargo surge como el Leviatán de Hobbes, el neoliberalismo mientras otros en sus secretas cavilaciones lloraban sin mesura añorando los viejos tiempos en que el Estado benefactor era la pieza fundamental de esa sociedad más justa, con errores graves pero definitivamente más justa, allí acabaron sus sueños y el hombre se transformó brutalmente en esa porción de mundo feliz en el homo homini lupus (El hombre es el lobo del hombre) y la sociedad deviene como bellum –omnium contra omnes (Guerra de todos contra todos).
El hombre añora aquel simple axioma “El hombre es sociable por necesidad y bueno por naturaleza” sin embargo cuando se da origen a la propiedad privada el mito se rompe por “El hombre ya no es bueno por naturaleza” Poniendo fin al símbolo clásico de la visión humanista y como raza extinta desaparecen las figuras del ideario pacifista como Ghandi y la madre Teresa dejando una sensación inefable de abandono, abiertas la puertas a la barbarie ilustrada pero al fin y al cabo barbarie en que la ciencia pareciera haberse convertido.
Pues bien, hace ya algunos lustros se habla de la sociedad del conocimiento, como si fuera la más entrañable certeza como si esa certeza fuera el Santo Grial a conquistar, sin embargo las estructuras de la economía “asertivamente” sometida a variables de resultados terminó por definir al hombre en un ser rentable y todo se reduce a esta premisa enmarcada en la voracidad del gran capital, en donde el hombre parece haberse convertido en un software productivo ¡Pobre de aquel que haya sido contaminado con el virus de la reivindicación social! Simplemente terminará sus días en la papelera de la exclusión.
Cada cierto tiempo esas variables de rentabilidad que no alcanzan a las utilidades necesarias para salvar las economías del primer orden mundial, deben generar conflictos armados que permitan dar un mayor impulso económico, amparándose en nacionalismos añejos y luchas por la “democracia” el desaparecido Fidel Castro en su libro decía, a propósito de este tema, “…¿qué sentido tiene hablar de equilibrio nuclear estratégico, de seguridad militar, de participación en la vida política de su comunidad, al hambriento, al desposeído, al enfermo, al ignorante, a aquel carente de oportunidad o siquiera de esperanza?
No olvidemos que la paz, motivo central de preocupación de los pueblos, no se logrará en el mundo en tanto no se resuelva la dramática situación de miles de millones de seres humanos cuya vida, en el mejor de los casos se reduce a una lucha clara por la supervivencia”.
Es evidente que estas palabras cobran un mayor sentido en pleno siglo XXI, en que los medios de comunicaciones mundiales prodigan la información de las graves fricciones entre las dos Coreas, el apetito por Irán y lo que quede de Siria, haciendo tambalear la relativa seguridad mundial en tanto que un conflicto armado, consume grandes cantidades de recursos no renovables y las víctimas propiciatorias de este ritual, terminan siendo siempre el pueblo indefenso. Por otro lado, cabe afirmar que los medios de comunicaciones de masas en su gran mayoría, están en manos de los grandes poderes económicos los que definen contenidos que sean aptos para mover la inmensa maquinaria económica, que mueve esos grandes engranajes, ya en la década de los 50´s el publicista Jerry Mander explicaba en su libro que el sujeto expuesto bajo el efecto de la televisión experimenta cambios fisicoquímicos importantes, la disminución de las pulsaciones cardíacas dependiendo del tipo de contenidos y una disminución de las ondas cerebrales.
Cuando ello se logra el sujeto que experimenta el abandono de sí, se trasforma en un ente preparado para el consumo. Hoy por hoy, la información instantánea en tiempo real, ha logrado constituirse en un mecanismo de carácter universal con el uso masivo de las computadoras, al tiempo que irrumpen en escena los programas que posibilitan la creación de las grandes redes sociales, convirtiéndolas a ellas en un gran referente de información, en una gigantesca y apetecida base de datos como jamás se había soñado, muchos consignamos en ellas nuestras más sentidas aspiraciones, nuestras frustraciones más íntimas con la urgente necesidad de publicar todo cuanto nos acontece.
Noam Chomsky el lingüista más afamado del mundo, nos dice en su libro que estas redes han generado una suerte de cultura cibernética y que por cierto es la primera cultura universal en la historia del hombre, llegando a competir con el cerebro humano en grandes redes de neurotransmisores electrónicos, el cerebro posee más de cien mil millones de neuronas trasmitiendo información por medio de neurotransmisores químicos. Por último debemos entender que todos estos mecanismos han ido generando un nuevo concepto “El mundo virtual” al tiempo que en un certero mecanismo de control ideológico condenando la libertad del pensamiento al secuestro de la voluntad o tal vez un miembro más del analfabetismo funcional. Y nuevamente nos surgen las preguntas ¿Quiénes somos realmente? ¿Somos conscientes de la realidad, en que nos movemos?
El miembro de la RIET Marcelo Antonio Saavedra Osorio es un poeta, escritor e historiador chileno. “¿Nuestra realidad es un mito?” ha sido publicada previamente en Mindalia
Dolores de verano
¿Nombre de mujer?…no…Sensaciones del corazón de un verano que encara su
recta final. ¿Que porqué?…verás…
–>OPEN ARMS: principal preocupación de los europeos?, la inmigración, pero un
solo barco con ellos desencadena conflictos internacionales. Quien piense que el
pirateo de barcos negreros era cosa del pasado, se equivoca. VERGOGNA, (en
italiano por Salvini, pero no se salvini ningún país de la Unión). * Mientras un
solo niño inmigrante muera en el Mediterráneo, Europa no podrá presumir ni de
grandeza, ni de belleza.
–>G7: Cumbre de los principales líderes mundiales en Biarritz, para los que no la
conozcan uno de los rincones más chic de Europa. Objetivo, dicen, “luchar contra
las desigualdades”, ja, ja. El obsceno despliegue policial y militar para protegerlos,
el desastre económico que causa el cierre de un cruce fronterizo crucial para la
economía de la región y la subsistencia de muchos trabajadores, no encaja con el
lema. Por no hablar de los miles que finalizadas sus vacaciones tienen que pasar
por el nudo de botella llamado Irún.
Supongo que otros objetivos serán “llamar la atención”, “encrispar a la
población”…porque esos sí que los consiguen.
–>AMAZONAS: La NASA, siempre sorprendiendo, nos muestra estos días vistas
espaciales del Amazonas en llamas. Para entender la magnitud de tal desastre
medioambiental y humano habría que leer y re-leer Historia, Geografía,
Antropología, Filosofía, Psicología, Ciencias Naturales y otras ciencias. Como lo veo
difícil, es más fácil matar unos cuántos indios, quemar unos cuántos árboles,
echarle la culpa a las ONG y así seguimos disfrutando lo que queda de verano.
Ahora entiendo a la gaviota que ayer en la playa me miraba con cara de asombro,
mientras en su idioma me decía: “durante mil años hemos escarbado tras las
cabezas de los peces, pero ahora tenemos una razón para vivir; para aprender,
para descubrir; para ser libres!. Sería Juan Salvador?…quién sabe!.
Que el cosmos está revuelto, no hay dudas, que en la Tierra sufrimos las
consecuencias…tampoco.
Pero no todo va a ser oscuro en este final de temporada, también hay
alegrías. Las rebajas de verano?, bueno… pero me refería a los que en
estos meses se han enamorado…han-encontrado-el-Amor…y eso sí que
compensa. Con pensamiento positivo quiero acabar este Verano
del´19…pero des-pa-sito, que aún quedan días para exprimir y tomarse el
jugo.
El miembro de la RIET Jaime Correa Deulofeu es un artista patagónico residente en Galicia.
Premiado como embajador cultural de su tierra, este escritor es un activo colaborador en
apoyo a inmigrantes y retornados.
“Dolores de verano” es la respuesta al llamamiento del presidente de la RIET, Ángel Juárez,
a denunciar y a condenar el terrible incendio que asola el Amazonas.
La rebelión de las criadas
No alcanza con denunciar los mecanismos de opresión y desarrollar una teoría por nosotras y para nosotras. Se trata de ejercer una práctica transversal y ocupar los espacios masculinizados por excelencia: la política, la tecnología, la economía, la filosofía y el pensamiento, la ciencia, los medios de comunicación, los sindicatos, las organizaciones. Y también en la familia, en las instituciones, en las calles, en los espacios públicos, los barrios”.
Marina Mariasch, “¿El futuro es feminista?”.
El miércoles 1 de agosto, en el marco del debate político y legislativo por la despenalización del aborto en Argentina, se desarrolló frente al Congreso de la Nación la performance “Las Criadas II”. Con el mismo espíritu con el que se había hecho el mes anterior se creó y adaptó una nueva acción en la que las “criadas” (personajes de la paradigmática obra de Margaret Atwood popularizada en una serie) ya no marchaban con la cabeza gacha, ya no miraban hacia abajo con tristeza o con la mirada perdida, ya no se resignaban más a esa esclavitud. Ahora se posaban firmes, seguras, con los ya emblemáticos pañuelos verdes, frente al Congreso y les exigían a los senadores y senadoras que respetaran sus derechos. Los carteles que sostenían decían por un lado “Nuestras vidas no se negocian”, y por el otro “Aborto legal ya”.
En la primera acción de “Las Criadas” participó una treintena de mujeres. En la segunda versión ya eran ciento cincuenta. El movimiento y la acción habían cobrado fuerza y eso devino en celebración por parte de muchas compañeras que deseaban participar. Luego se replicó en otras ciudades y regiones de la Argentina. Las “criadas” fuimos muchas y esa rebeldía contagiosa se transformó en una constante.
No es la primera vez que la obra de Atwood traspasa el marco de la novela. Ya se manifestaron como “criadas” las feministas en EEUU, frente a las puertas del Capitolio en Washington.
Participé de la performance aunque sin vestirme de criada. Llevaba el mismo cartel que ellas, pero acompañaba desde otro lugar, junto a otras compañeras. Yo quería participar y a la vez ver todo, observar desde lejos y desde cerca la acción de las “criadas”, sus expresiones, sus pasos, sus voces enmarcadas en aquella caracterización tan potente y disruptiva para nuestro colectivo.
Con túnicas rojas y cofias blancas “las Criadas” se abren paso entre la gente, irrumpen en el espacio llamando la atención, exhibiendo sus demandas. Desde lejos y desde cerca se observaba una imagen bellísima dotada de una poesía aguda y poderosa.
Nos tocó caminar frente a las personas antiderechos que estaban ahí manifestándose a favor del aborto clandestino: para que las criadas siguiéramos siendo criadas. Es más, estaban ahí para que hubiera un ejército mayor de criadas. “Lo podés dar en adopción” dice, como si la continuidad de un embarazo fuera un trámite sin compromiso físico y emocional para un cuerpo con capacidad de gestar. Somos cuerpos desechables, envases cambiables, vasijas y finalmente “objetos”. Objetos de goce y placer para un varón, objeto incubadora para una futura maternidad y objeto para una crianza sin compromiso de quien entrega el espermatozoide.
Nos gritaban “sí, a la vida, sí, a la vida, sí, a la vida” y lo repetían como un mantra, como si esa frase absoluta y vacía de contenido los protegiera de esas mujeres libres que se manifestaban contra el oscurantismo y la irracionalidad frente al no derecho.
La única oradora fue una adolescente salteña llamado Milagros Peñalba, quien se había pronunciado en el Congreso a favor de la despenalización del aborto. Milagros leyó un documento redactado colectivamente y que representaba la voz de las y los estudiantes de escuelas secundarias.
Milagros encabeza el movimiento denominado “La rebelión de las hijas”, por ese intercambio y recambio generacional que se produce entre las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y las denominadas “pibas” (niñas y adolescentes autodenominadas feministas que luchan por los derechos humanos de las mujeres y de los colectivos oprimidos en la Argentina).
Allí, frente al Congreso, vestidas de criadas o vestidas de nosotras, compañeras de todas las edades y de todos los sectores sociales, supimos que todavía hay mucho por transformar, aun a pesar de tantos logros, aun a pesar de tanta movilización y visibilidad, aún así se necesitan, son fundamentales, y es imprescindible la fuerza y la contundencia de la rebelión de las criadas.
Micaela Fernández Darriba es directora y creadora de “Foeminas”, revista virtual de género, investigadora y crítica especializada en arte, cultura, comunicación y feminismos; cofundadora de “La igualdad en juego”y socia de la RIET
El artículo “La rebelión de las criadas” ha sido publicado previamente en Tribuna Feminista
Cuando el hombre prende la muerte en el pulmón verde
El incendio de Notre- Dame levantó olas de solidaridad y, en teoría, un alud de donaciones para recuperar esa joya arquitectónica. No veo esas mismas reacciones en el pavoroso incendio que asola el Amazonas, el mayor pulmón verde del planeta. Como si no fuera con nosotros, la especie humana que necesita aire y agua para sobrevivir. El fuego, en este caso, sinónimo de muerte, avanza sin control y arrasa con todo a su paso. Qué casualidad que coincida con la apuesta criminal del presidente Jair Bolsonaro para deforestar la selva. Desde la llegada al poder del ultraderechista, se ha incrementado en más de un 200% el arrasarla.
Por no hablar de las ocupaciones ilegales de tierras y su explotación, hasta que mueran de puro agotamiento, a cargo de gente poderosa que sacará sus buenos dineritos a cambio de hipotecar el futuro –o quizás ya el presente- de esta cansada tierra que habitamos.
Los satélites dan imágenes escalofriantes del desastre en tiempo real, tan horripilantes como saber que cada minuto, muere más y más selva ante la impasibilidad de todos. Ante este panorama, solo falta Bolsonaro acusando a las ONG de estar detrás de los incendios como ya ha hecho. El mundo al revés o vivir para ver.
Un mundo y una tierra que deberíamos recordar a cada segundo que no nos pertenece. Estamos aquí de paso y debemos pasar el testigo de un planeta cuidado a las siguientes generaciones. A este ritmo, sin embargo, me temo que les dejaremos un planeta desolado, carbonizado, inhóspito, deshumanizado totalmente.
Este cáncer humano en el pulmón verde del Amazonas significa más inundaciones, más pérdida de suelo; vientos extremos, la desertificación y, por descontado, más olas de calor y vuelta a empezar.
Otro desastre – a menor escala pero igual de desastre- son los grandes incendios que se han cebado en las islas canarias en menos de un mes, con llamas de hasta 50 metros que han atacado el Parque Natural de Pinar de Tamadaba, una reserva de la biosfera
Este verano empezamos alarmados por el incendio en la Ribera d’Ebre, una comarca ninguneada, despoblada y envejecida a la que, sin embargo, sí ha llegado la solidaridad de la gente antes que las ayudas gubernamentales. Bajo el llamamiento de #rebrotem, la gente se organizado para intentar recuperar la normalidad. Es el único resquicio de esperanza en mitad de tanta desolación.
Así que hay que ponerse las pilas y, por una parte, castigar a los pirómanos con dureza, especialmente a los que sacan tajada a costa del futuro de los demás. Que el castigo haga que no les salga a cuenta especular usando el fuego. Por otra parte, también hay que aplicar prevención, con una buena gestión forestal, cortafuegos y caminos en condiciones. Y religando todo esto, hay que volver a valorar el bosque como lo que era unos años atrás: una fuente de riqueza, además de salud y bienestar. Un buen aprovechamiento del bosque, con perspectiva sostenible, por supuesto, ayudaría a mantenerlo protegido del fuego. No pasemos nunca de estar de paso a dar el último paso.
Ángel Juárez Almendros es presidente de Mare Terra Fundació Mediterrània, de la Coordinadora d’Entitats de Tarragona y de la Red de Escritores por la tierra.