En qué mundo vivimos, que muchos jóvenes prefieren quitarse la vida a vivirla? ¿Qué hacemos tan mal como sociedad para enfermar mortalmente una época vital de rebeldía, de ser indomable casi por obligación, de beber la vida a tragos largos y comerse el mundo a bocados? Son cifras de la vergüenza: el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes, incluso por encima de los accidentes. Cifra que podría ser mayor porque, según algunos estudios, un 5% de los siniestros viarios son suicidios encubiertos.
El fenómeno es en toda Europa y especialmente sangrante en los países nórdicos, paradigma de sociedades y democracias avanzadas. Qué contraste con los jóvenes que se dejan la carne y la sangre en muros con alambres de espinos para alcanzar este mal llamado primer mundo nuestro. Qué terriblemente mal lo hacemos para que jóvenes que no tienen nada y valoren la vida por encima de todo y jóvenes que lo tienen todo pierdan las ganas de vivir.
Lo tienen todo…o no. También viven con la amenaza de la precariedad, las altas tasas de paro, la frustración de ser la generación más preparada de la historia que no puede emanciparse, de ver solo callejones sin salida a lo que debería ser un mundo por explorar. Sin embargo, por duro que sea, es insultante compararlo con esas personas que se juegan la vida cruzando el mar a bordo de barquitos casi de papel.
Es nuestro deber devolver las ganas de vivir a esas personas que las han perdido, han renunciado o se las han arrebatado por lo que sea. Debemos hacer una reflexión urgente, seria y en profundidad sobre en qué monstruo estamos convirtiendo nuestro mundo y por qué no podemos hablar de esta lacra social.
Unos años atrás, nadie hablaba de cáncer. Era un tabú escondido bajo “una larga enfermedad” que ya se está rompiendo. Rompamos también con el tabú del suicidio y abordemos el problema de forma clara para ponerle remedio antes de que sea demasiado tarde.
Ángel Juárez Almendros es presidente de Mare Terra Fundació Mediterrània, de la Coordinadora d’Entitats de Tarragona y de la Red de Escritores por la Tierra