El Vaticano se sorprendió al recibir a un tal Dr. Gabriel, que llegó a meter baza en el proceso de comprensión de todos los ejemplares de los evangelios. Según este doctor (vestido con larga capa negra, al estilo de los jueces del STF, para esconder las axilas), los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan no fueron fieles a la vida de Jesús. Ante una comisión de cardenales el doctor Gabriel señaló los graves errores, con fuertes connotaciones difamatorias, contenidos en los textos bíblicos.
El nacimiento en Belén. No es verdad que Jesús haya nacido en una caballeriza. Eso no sería justo para un descendiente del rey David. Ni conviene a la fe cristiana el episodio de los reyes magos, pues los magos practican la magia, que es contraria a la doctrina cristiana. Y es obvio que se dan fuertes influencias astrológicas en el relato de que ellos fueron orientados por una estrella de oriente.
La masacre de niños en Belén, pasados a espada por orden del rey Herodes. Es un episodio de carácter nítidamente sensacionalista. Inverosímil. ¿Por qué Herodes habría de temer a un recién nacido? Belén era un pueblo pequeño para que hubiera muchos niños. Jesús no nació allí sino en Nazaret, y por eso se le llama nazareno.
La presencia de Jesús, a sus doce años, entre los doctores. ¿Cómo el enviado de Dios podría ser un adolescente desobediente a personas tan santas como sus padres, María y José? ¿Y quién va a creer que un chiquillo iba a atraer la atención de intelectuales especialistas en la ley mosaica?
Las bodas de Caná y el milagro de transformar el agua en vino. Jesús nunca estimuló el alcoholismo. ¿Por qué iba a hacer un milagro para coplacer a los bebedores? Los milagros son para curar, no para evitar que se termine una fiesta.
La mujer adúltera. El adulterio era castigado con el apedreamiento. ¿Cómo iba Jesús a perdonar a una desvergonzada que traicionó a su marido? Las leyes existen para ser cumplidas, no para ser evitadas por corazones blandengues.
La resurrección de Lázaro. ¿POr qué Jesús tenía que someter a su amigo Lázaro a una doble experiencia de la muerte? Lázaro resucitó para la vida eterna, no para regresar a este mundo, como consta en los evangelios.
Judas, el traidor. ¿Qué fértil imaginación se atrevió a crear este personaje macabro? Jesús, como Dios, era omnisciente y nunca hubiera escogido para apóstol a un hombre de carácter débil, capaz de venderlo por treinta monedas.
La curación de la suegra de Pedro. ¿Quién dijo que Pedro tenía suegra? ¡Ni mujer tenía! Si Jesús fundó la Iglesia e instituyó el celibato para sus obispos y sacerdotes, ¿cómo habría de admitir como primer papa a un hombre casado? Además, las suegras son motivo de burlas.
La parábola del hijo pródigo. ¿Por qué el padre iba a festejar a quien dilapidó sus bienes en parrandas y con prostitutas, y no al hijo obediente y trabajador que nunca lo decepcionó? Y eso de que el padre mandó preparar un “ternero gordo” no pega bien en una iglesia que propone a sus fieles la abstinencia periódica de carne. Jesús era vegetariano.
El encuentro de Jesús con el hombre rico. Éste cumplía desde niño todos los mandamientos. Era un santo. ¿Por qué Jesús habría de exigirle que entegase todos sus biernes a los pobres? ¿Acaso con ello iba a poner fin a la pobreza? Los evangelistas retratan aquí a un Jesús desalmado e intolerante.
Armado de un látigo, Jesús vuelca las mesas de los cambistas en el Templo de Jerusalén. Jesús no apelaba a la violencia. ¿Por qué iba a llevar un látigo? Expulsar a los cambistas equivaldría hoy a los black blocs que destruyan la Bolsa de Valores.
La parábola del buen samaritano. ¿Por que Jesús habría de denigrar a un doctor de la ley sugiriendo que un samaritano, que no observaba la ley de Moisés, era más obediente a Dios que él? El relato ridiculiza al sacerdote y al levita, como si tales autoridades religiosas fueran indifrentes al sufrimiento ajeno.
Dicho esto, y otras cosas más, el Dr. Gabriel solicitó el veto para las cuatro biografías no autorizadas que circulan por el mundo bajo e título de Evangelios.