“Pasar de democracia a demo de desgracia es un aborto muy mal parido”
Con ministros de “alboroto ruin de hallar don”…¿qué misterios queréis desvelar? Que existan medidas que además de ser unánimes sean justas para todos y hayan trajes a medida que sienten mejor a otro que no sea el maniquí y deleiten tanto como a su sastre, es relativamente incierto pero…seamos permanentes en coherencia, ¡moño!…¿Qué estamos sin tedio consintiendo?… ¿Puede que nada más, y bucea al menos, que la pérdida de todas las victorias que se batallaron durante los años de demos gracias que hasta ya hace mucho hemos podrido al disfrutar y mantener?…Que reculemos con el culo al aire desechando por el camino los derechos que consiguieron nuestros maestros ante el pasado y bellos viejos presentes, es un síntoma de genérica cobardía y debilidad colectiva que tendría que pesarnos en el ya en práctica y mente extinguido orgullo común. Hay demasiado capullo de orgullo común en este enjambre de hambres.
El miedo como recogedor nos friega por la cara la pavura y carencia de desplante de la que somos líderes mundiales. No os equivoquéis, tenemos lo que merecemos. Aunque durante algún mientras no estemos conformes, el conformismo temeroso nos produce, con la rapidez del poco a poco y la certeza de la inconsciencia, que acoplemos la incomodidad en el diván de la cordura por miedo a perder, y ver arder, aquello que ya ni en firma de unos tenemos ni en forma de humo ya nubla. Ojalá la mayoría de la sociedad estuviera a punto de ser desahuciada de su burbuja inmobiliaria y tuviera escasa mente para comer. Bendito sea el día en el que nadie encuentre más trabajo que el de tirar la basura y nadie pudriera, ni quisiese, pagar los inflados suministros ni a los chiflados ministros que con oscura gallardía, y sin don, muestran y anteponen leyes de conveniencia ideológica ante la desvirtuada prioridad del colectivo y su convivencia. Ojalá nadie sintiera miedo a que le esposaran por plantar divorcio, cara y frente, frente a las fuerzas mal pagadas que defienden a quienes provocan con sus dislocadas bocas, y curvadas reglas, el desorden público desde el costoso privado de casta al ser derecha su admisión. Ojalá el paro se convirtiera en parón, el cojo en cojón y la noche en rebeldía. Ojalá haya mártires para tanto esclavo ardiendo y justa recompensa para los enmascarados de este descarado neoliberalismo que no ha deshecho nada más que empezar…y a jugar de nuevo con todos nosotros. Ojalá mantengamos viva la utopía de la democracia. Ojalá abortemos a tiempo este embarazoso invierno.