El filósofo, escritor, profesor titular exclusivo de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina) y miembro de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET), Miguel Ángel Montoya Jamed, vuelve hoy a nuestra web. En esta ocasión, lo hace con una reflexión titulada ‘La tranquilidad es propiedad social’, que seguro que no os dejará indiferentes.
‘La tranquilidad es propiedad social’
Los hombres nos movilizamos cuando nos invaden la ‘propiedad social’. Entonces, el ‘nos’ con el que comienzo el texto, se refiere a los que reconocemos, de distintas maneras, la “propiedad social” y nos molesta, nos indigna que la ocupen para deteriorarla, para dañarla, para enfermarla.
El “nos” con el que comienzo el texto, se refiere a los que habitamos el lugar de esa “propiedad social”, a los que visitan el lugar, a los que reconocen el lugar. La “propiedad social” nos hace propietarios sin privar la propiedad.
Por lo tanto, entre los propietarios no hay unos y otros. Entre los propietarios hay sólo “unos” o sólo “otros”. Descubrimos que esa propiedad no nos divide en hombres con mayor o menor posibilidad adquisitiva, ni por religiones, ni por ideologías, ni por colores, ni por oficios. Todo esto reafirma el “Nos” y define el “Nosotros”. Nos fortalece en la propiedad y por lo tanto en su defensa.
La “propiedad social”, en el lugar, es: el aire, el agua, el silencio, los pájaros, la flora, la fauna, el paisaje, las calles, la palabra y la diversidad. La “propiedad social” es la Tranquilidad. La Tranquilidad es procurada, determinada, armada, conformada por cada uno para habitarla.
Entonces: La tranquilidad es individual conformada por lo social, que apunto. Y esto es muy hermoso: lo individual conformado por lo social que no deja de ser social cuando conforma lo individual. Por eso la Tranquilidad es “propiedad social”. La tranquilidad es interior conformada por lo exterior. Esto muestra, también, que somos Sistemas Abiertos; esto es, conformamos el Ambiente y el Ambiente nos conforma.
“La Tierra que depende del Hombre que depende de la Tierra” - Edgar Morin
Cuando nos invaden la “propiedad social” para dañarla y hacerla inhabitable, se adueñan -en términos del mercado- y la convierten en propiedad privada. Nos privan de la condición de “propietarios” sociales, nos vacían el “Nosotros”. Nos debilitan la “comunidad”. Porque el aire, el agua, el silencio, los pájaros, la flora, la fauna, el paisaje, las calles, la palabra y la diversidad, sostienen, esencian “la comunidad”.
Después “ahí” los vecinos ejercemos la comunidad de otras cosas para hacer posible la Sociabilidad. Por lo tanto, cuando nos invaden la “propiedad social”, debilitan el sustento de la comunidad. El mercado, la política como actividad para los intereses financieros multinacionales y los gobernantes como gestores internos de esos intereses, invaden la “propiedad social” para debilitar “la comunidad”, para vaciar “el Nosotros”, para abstractificar la Sociabilidad.
Esa abstractificación es la que nos saca el suelo y nos pone en estado de vulnerabilidad. Nos desubjetualiza. El capitalismo procura que no nos reconozcamos como sujetos. Ahí su irracionalidad. La realidad deja de ser subjetual y racional. Nuestra condición de “Sujeto Social” –Sujeto Cognoscente, Sujeto Deseante y Sujeto productivo- nos obliga a defender la “propiedad Social”.
“La verdadera realidad es humana, subjetual , racional” – Hegel
(Sobre la Tranquilidad): Tranquilidad: conformada por objetos esenciales de la Vida, como: Salud, Relación: con el Otro y con el otro, Trabajo -no en el concepto capitalista- o al menos teniendo esto en disputa; tiene como sinónimo Felicidad.
Tranquilidad es el concepto.
Felicidad: un sinónimo; que se relativiza, se frivoliza, se desgasta y confunde, se utiliza. Es objeto de intercambio del mercado. Es un vocablo debilitado en los discursos del poder político.
La belleza de la Tierra, en sus frutos, en el trabajo cuando es “abrigar y cuidar”, en los cambios de su fertilidad, nos da cuenta, nos alerta, nos señala la belleza del Nosotros.
Miguel Ángel Montoya Jamed