Cada día son más los miembros de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET) que deciden dejar el anonimato y enviarnos sus textos para aparecer en esta web. Hoy, precisamente, os traemos uno de ellos. La debutante es la periodista gaditana Susana Herrera, que también es bloguera (aquí tenéis su bitácora) y vicepresidenta de la Fundación Carmen Ramírez. Herrera nos envía ‘Cuando el mundo dejó de girar’, una poesía que pone los pelos de punta por su sensibilidad, honestidad y emoción. ¡Bienvenida Susana!
‘Cuando el mundo dejó de girar’
Entre mis brazos te tuve
Y entre mis dedos esparcí tu vida y mi vida juntas
Escalándola a pasos agigantados
Venidos de la muerte
Llena de regalos regados de esperanza
Celebrando una década de ausencia
Agarrando a la adversidad fuertemente
Para así crecer en ella.
Mi reloj también se paró
y se convirtió en destiempo
Aliado de la existencia inexistente
de tu no estar conmigo,
pero sellada de realidades nuevas
que contigo vivo en otros seres
que nada tienen que ver en mi
pero inundan mi alma sosegada
Inmersa siempre en la vida inesperada
que cada día me regalan.
Trenzar la distancia y hacerla presente
sin espacios de medida y alimentando mi ser completo
con un único sentido del vivir
amar amando amada
aprendiendo a corazonar la vida,
porque solo la sana el AMOR.
Gracias mi gran tesoro de entrañas nacido
Gracias mi ser único reflejo de la luz de Dios
Gracias hermano de tus hermanos
e hijo de quien conmigo te dio la vida
Gracias por ser VIDA entre las lágrimas de tantos
Y eternidad en mi mundo particular que dejó de girar
Para envolver de sueños siendo estrella
En tu justa medida mi caminar.
Hoy celebro una vez mas haberte tenido y seguir sintiendo
Hoy celebro la vida de quienes llevan tu pedacito de cielo
entre tu hígado y tus riñones
Hoy soy feliz porque se que crezco
y sigo creciendo,
porque mi dolor no dejo sea estéril
y porque habitas siendo bendición de todo lo posible
encontrando esa calle de la vida con una única dirección que sigue siendo el AMOR.
Te quiere siempre tu madre,
agradecida de tenerte y vivirte cada día en su existencia,
porque en el amor no hay fronteras y como alguien escribió:
“Desnudos venimos
Desnudos nos vamos
excepto el amor,
todo lo demás es prestado.”
Gracias a cuantos me lo enseñáis cada día.
Y tú, José Andrés, no dejes de revolotear tus alas…
Aunque a veces no lo entienda… pero siga siendo
Sin morir en el intento…
Susana Herrera