Este pasado domingo, un buque que transportaba a más de 700 inmigrantes que procedían de Libia ha naufragado tras volcar acabando con la vida de la mayoría de pasajeros. Tan solo unos días antes, 400 personas habían corrido la misma suerte: sus cuerpos sin vida fueron tragados por el mar Mediterráneo. En lo que va de año, más de 1.500 personas han fallecido mientras realizaban el trayecto que une su realidad (África) con su sueño (Europa). Durante el pasado 2014, un total de 3.224 hombres, mujeres y niños perdieron la vida en el Mediterráneo. La pregunta que debemos hacernos es: ¿hasta cuándo lo permitiremos?
Mare Terra Fundació Mediterrània y la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET) denuncian que el número de muertos siga creciendo sin parar sin que Europa haya sido capaz de encontrar una respuesta. Ambas entidades consideran que todas las personas son iguales y deberían tener los mismos derechos, así que no entienden que los países europeos no sean capaces de movilizarse ante estas tragedias y priorizar el problema hasta dar con una solución. Lo más grave de todo es que si los muertos no fuesen negros africanos sino blancos europeos, todo el mundo hablaría de ello y la Unión Europea ya habría dado con la tecla para evitar más desgracias. Si las víctimas fuesen europeas se habrían organizado campañas en los medios de comunicación pidiendo responsabilidades a nuestros gobernantes. Si las víctimas fuesen europeas, lo más probable es que esto sólo hubiese sucedido una vez. Pero no es así. Las víctimas son africanas y parece que por ello su vida no tiene el mismo valor, y el Mediterráneo se va tragando sus cuerpos sin que nadie mueva un dedo.
En el Manifiesto de Solentiname de la RIET, piedra angular de la organización, se afirma que “el vínculo entre pobreza y medio ambiente, derechos humanos y conservación de nuestro entorno, existe, es real. El desarrollo sostenible conlleva un desarrollo humano equivalente, en el que la educación, la cultura y el conocimiento han de ser los principales pilares, asociados a la igualdad de oportunidades, la justicia social y el desarrollo, del que está privada una parte importante de la humanidad”. La tragedia de los inmigrantes es una demostración evidente de que hoy en día en nuestro planeta no puede haber un desarrollo sostenible, porque no hay igualdad de oportunidades, porque no hay justicia social y porque la palabra ‘desarrollo’ es una utopía para millones de personas.
Desde Mediterrània y la RIET seguiremos denunciando estas injusticias y luchando para hacer del mundo un lugar mejor. Esperemos que los mandamases de la Unión Europea, que son los que tienen la solución en su mano, recapaciten de una vez y pongan fin a esta continuada catástrofe humana que nos está haciendo perder la fe en la humanidad.