Joaquín Araújo es un conocido naturalista, periodista, escritor, director editorial y miembro de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET). En su artículo de hoy (publicado originalmente en su blog del diario ‘El Mundo’) Araújo reivindica la importancia de la primera etapa de los estudios Jesús Mosterín, el popular filósofo y matemático, que en sus inicios se centró su investigación en la biología, los animales y la compasión humana hacia ellos.
‘Jesús Mosterín’
Lo olvidado y alejado de algunas trayectorias a menudo resulta tanto o más crucial que lo patente y cercano. Tan convencido estoy que considero una de las torpezas más acreditadas del presente la descalificación del pasado. Olvidan, demasiados, que todo es por lo que ha sido. Que nada llega a ser sin su o sus fundaciones. A las que conviene recordar especialmente a la hora de los balances, necrológicas o cuentas de resultados.
Lo escribo así porque en las semblanzas, pocas, que han aparecido sobre la vida y obra de Jesús Mosterín brillan por su ausencia las primeras etapas, las que seguramente le vincularon definitivamente a una de las facetas menos frecuentes en el campo de la filosofía. Me refiero a su estrecho vínculo con la biología, los animales, la compasión hacia los mismos y, por tanto, su incorporación a los horizontes de la ética.
Los libros, clases y conferencias del que fue uno de nuestros mejores profesores de filosofía estaban cuajadas de sensata apelación a la comprensión. Nos demostró que la lógica es la materia prima de la inteligencia y nada lo es tanto como vivir en armonía con el resto de las criaturas vivientes. Propuso, por todos los caminos, que erradicáramos la crueldad hacia los animales y no menos hacia el derredor en su conjunto. Esto le llevó a presidir el proyecto GRAN SIMIO España, es decir la propuesta de ampliación de los derechos básicos al menos a los grandes primates. Por ello cosechó no poca incomprensión y alguna que otra descalificación. Lo se de primera mano porque fui su sucesor.
Pero vuelvo al principio, de estas palabras y de esa formidable trayectoria. Jesús fue el director editorial de las FAUNAS de la editorial SALVAT. Desde los primeros setenta del pasado siglo hasta el momento de la muerte de Félix Rodriguez de la Fuente, estuvo al frente de la gigantesca proeza editorial. Recordemos que se trato de uno de los mayores éxitos de venta de una obra de divulgación científica de la historia de nuestro país. Comparable a las de Costeau o Carl Sagan. Su decisivo papel en aquellos empeños provocaron UN aluvión de vocaciones vinculadas a la Natura.
He topado con centenares de biólogos, veterinarios, ingenieros de Montes que optaron por tales profesiones tras la lectura de esas enciclopedias y, por supuesto, tras ver las películas de EL HOMBRE Y LA TIERRA. Como ejercí de secretario de la FAUNA IBÉRICA y culminé la famosa serie de documentales, mantuve decenas de conversaciones con el recientemente desaparecido filósofo sobre los animales y especialmente su comportamiento. Dimos algunas conferencias juntos en cursos de verano. En suma soy testigo de que, además de razonar sobre la compasión hacia los animales, era un perfecto conocedor de los mismos.
El pensamiento ecológico, el animalismo, la sensatez y el respeto hacia la esencial vivacidad le deben, le debemos mucho a JESÚS MOSTERÍN. Sigamos leyéndole.
GRACIAS Y QUE LA VIDA OS ATALANTE.
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Joaquín Araújo