Nos despedimos de Ernesto Cardenal, el cura que nunca se arrodilló
Hoy es un día triste para la RIET, para Nicaragua y para el mundo. Es difícil encontrar palabras, las letras están tristes después de la marcha de su mejor maestro. Ayer nos dejó Ernesto Cardenal, el presidente honorífico de la RIET, un gran poeta pero una mejor persona.
En estos momentos de dolor es importante mantener la cabeza alta y, en lugar de quedarnos en la tristeza, debemos aprovechar las circunstancias para recuperar, recordar y reivindicar sus mejores hazañas.
Ernesto Cardenal, el cura que nunca se arrodilló, es conocido por su larga trayectoria literaria y reivindicativa. Teólogo de la liberación, que formó parte del gobierno sandinista como Ministro de Cultura después de la caída de la dictadura de Somoza. Para él, la revolución formaba parte de su fe: “La revolución también significa crear un mundo para adiós”.
Solentiname, lugar donde acudían los guerrilleros nicaragüenses, y donde nos unimos tú y yo. Lugar dónde creaste una utopía artística que perdurará para siempre, al igual que toda tu obra. Hoy, es complicado destacar alguna genialidad entre tanta maestría. Por eso, la RIET y yo, Ángel Juárez, nos encargaremos de que tu obra siga siendo leída, no solo hoy, sino el resto de nuestras vidas, porqué tu espíritu se ha quedado aquí, entre tus letras y tus acciones.
Ángel Juárez
Presidente de la RIET, de la Mare Terra Fundació Mediterrània y de la Coordinadora de Entidades
En representación de todos los miembros de la RIET
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