Por Óscar Molero, miembro de la RIET
“Recortar a quien no tiene es imposible pero a quien no puede es injusto” Cuando el pelma tema de la independencia sigue poniendo la carne de gallina a unos y el pecho de gallito a otros, los dependientes, al parecer, dependerán, aún más, debido al nuevo y torpe recorte de desajuste que les está haciendo mella y provocando la gesta de sacarles los dientes. En tiempos en los que los dependientes no tratan casi con clientes y las minusvalías se valoran a la baja, la decisión de recortar por lo insano hacia los malogrados dependientes va tomando el rumbo hacia la desaparición de la ley de la dependencia.
Suficiente desgracia es estar y sentirse al cuidado y amparo de alguien, o algo, como sillas de ruedas, bastones, hijos, prótesis, medicamentos…, como para que les eliminen parte de las ayudas por arte de mafia con la vara del recorte y el poder de la poda.
Poniendo palos a las sillas de ruedas o haciendo zancadillas a los bastones, se demuestra y evidencia la poca sensibilidad y control que suma, y no asume, la presidencia del actual gobierno. Nadie tiene las cosas fáciles hoy en día pero los niños y las mujeres siempre han sido los primeros…después de los enfermos. Por educación y sentido común deberíamos apoyar y echar un capote a quienes más lo necesitan pero por desgracia no es así.
El debilitado está en proceso de extinción y el poder no quiere o sabe ayudarlo, ¿no quiere o no sabe ayudarlo? Dudas, chaparrón de dudas que hacen de esta incertidumbre un semillero de inquietud. El collar de la soga al cuello adorna a gran parte de la población y nadie avala un cambio de abalorios. Ya la letra musicada de una “himnonizada” canción del grupo llamado Jarabe de Palo, como el medicamento que recibe a granel y copago la población actualmente, lo decía: “Depende… ¿de qué depende?…de según como se mire todo depende…”Pues eso, que depende de un (y lo saben) de un hilo tan frágil el bienestar de todos, que hasta los que están pendientes de tomar medidas están a punto de perder la salud.
El miedo empieza a acecharles pellizcando sus dedos de dudas. ¡Con lo fácil y bonito que sería ayudarnos todos! Mantén tu punto de vista y viste como quieras, pero no te adornes con más collares de sogas que el exceso también se cansa si no cesa. Depende de ti este rumbo o hasta que se gaste la cuerda.