Revés judicial mayor para Apple, irónicamente cuando la multinacional celebra el quinto aniversario de su tienda en Internet. Una juez en Nueva York acusó ayer al fabricante del iPhone, del iPad y de los ordenadores Mac de haber conspirado con algunos de los más importantes grupos editoriales para elevar artificialmente el precio del libro electrónico, por lo que considera que violó las reglas de la competencia.
La magistrada Denise Cote aseguró que la empresa tecnológica jugó en 2009 un papel “central” en lo que considera como una especie de cártel. Se trataría de estratagemas comerciales que datan de cuando Steve Jobs estaba aún al frente de la sociedad y sus lugartenientes, en concreto Eddy Cue, preparaban el estreno de la librería electrónica para hacer frente a Amazon. Justo un año antes de que Apple presentara su tableta.
En esencia, desde Apple trataron a la desesperada de cerrar un pacto con los cinco mayores editores —HarperCollins, Penguin, Hachette, MacMillan y Simon & Schuster— sobre el precio del libros que iban a vender en el iBookstore y debía hacerlo antes de Jobs falleciera. De la noche a la mañana, los precios de los productos electrónicos de esas cinco firmas subieron hasta un 50%.
Amazon controlaba entonces el 90% del mercado gracias a su lector Kindle. Era el enemigo a batir. La jueza considera, sin embargo, que esa cooperación entre Apple y las casas de libros neoyorquinas es ilícita. En el proceso se presentaron evidencias de que los editores de libros celebraron reuniones regulares entre ellos para tratar la cuestión.
En la sentencia se señala que los directivos de estas cinco firmas diseñaron estrategias comunes para combatir a Amazon, como retrasar la salida de los libros en formato electrónico hasta que la edición en tapa dura no llevara varias semanas en las librerías. El riesgo estaba en que esta maniobra podría enfadar a una parte importante de los lectores.
Como señala la magistrada con su decisión, trataron de anular la agresiva estrategia de precios de Jeff Bezos en Amazon, porque no querían vender libros para lectores electrónicos por menos de 10 dólares. “Conspiraron para eliminar la competencia de precios y elevarlos”, indica el sumario final, en el que se asegura que “no habrían triunfado” sin Apple orquestando sus maniobras.
La jueza Cote recurrió, para apoyar su decisión, a un vídeo en el que se ve al propio Steve Jobs augurando que el precio del libro electrónico acabaría subiendo “pronto” también en Amazon. Fue durante el evento de presentación del iPad y en respuesta a la pregunta de una periodista que le señalaba que los precios en el iBookstore eran más altos que en Amazon.
Y así fue. Los editores consiguieron que los 9,99 dólares de Amazon no se convirtieran en el “standard de facto”, lo que más temían con el modelo de la mayor tienda en Internet, y el precio de algunos libros subieron de inmediato a 13 y 15 dólares. A Bezos solo le quedaron dos alternativas: no vender esos títulos o pasar por el aro y aceptar el precio que le daba la editorial.
La Justicia estadounidense acusa, por tanto, a Apple y a los editores de haber creado lo que califica como “un modelo de agencia de ventas”, lo que permitía a las casas de libros establecer los precios y al gestor de la tienda electrónica llevarse un 30% del precio final. En esencia, los editores estaban a su vez cargándose el modelo que permitía a las tiendas rebajar los precios.
La decisión tiene su origen en una demanda del Departamento de Justicia contra Apple y los cinco editores. Estas últimas ya llegaron a un pacto extrajudicial con la Administración de Barack Obama. Tim Cook, sin embargo, optó por hacer frente solo al embrollo legal en los tribunales. La compañía de Cupertino apelará la decisión al considerar que logró romper el monopolio comercial de Amazon.
Y hablando de ironías, el dictamen judicial se conoce días después de que Barnes & Noble anunciara la renuncia de su consejero delegado, que llevaba solo tres años en el cargo. La cadena de librerías está empezando a abandonar el negocio del libro electrónico, en el que pretendía competir con el Nook. Es una de las primeras víctimas de la revolución digital.
Amazon hizo tambalear el negocio tradicional del libro cuando en 2007 introdujo el Kindle. La aceptación del libro electrónico entre el público fue rápida. En el camino desaparecieron importantes actores en el negocio, como la cadena de librerías Borders. Los editores consideraron en su día que los precios de Amazon tenían un efecto pernicioso en sus beneficios.
Ahora se debe calcular la compensación a la que deberá hacer frente Apple. Pero lo que está por ver es cómo esta decisión puede afectar al negocio de la venta de libros a través de Internet. Los títulos de Apple no sufrieron con la decisión, porque aunque afectará a los ingresos que genera a través el iBookstore, el grueso de su negocio lo realiza con la venta de productos electrónicos.
informa: www.elpais.com