Alzaré mi voz
cada mañana,
cada tarde,
cada noche.
La poesía siempre fue mi compañera más fiel. Desde pequeño ella me buscaba con paciencia y seducción. En la escuela primaria me miraba desde los textos escolares, se asomaba a mi banco para sentarse a mi lado, hurgaba en mi cuaderno. Todo lo invadía. Yo mucho no entendía esa persistencia hasta que después de muchos años de embonía, de leerla y escribirla, me di cuenta que la poesía no hay que entenderla sino gustarla. Leer más →
No, no quiero ser
el respiro mortal
en tu último gemido. Leer más →