Fueron las últimas palabras de George Floyd: “No puedo respirar”. Yo tampoco. No logro respirar en este Brasil (des)gobernado por militares que amenazan las instituciones democráticas y exaltan el golpe de Estado de 1964 que implantó 21 años de dictadura; elogian a torturadores y escuadrones de la muerte; establecen un toma y daca con notorios corruptos del Centrão;[1] plagian ostensiblemente a los nazis; manipulan símbolos judíos: traman, en reuniones ministeriales, cómo actuar fuera de la ley; profieren palabrotas en reuniones oficiales, como si estuvieran en un antro de facinerosos; se burlan de quien observa los protocolos de prevención de la pandemia y salen a las calles, indiferentes a los 30 mil muertos y sus familias, como para celebrar tamaña letalidad. Leer más →