Artículo de Leonardo Boff. Teólogo y Filósofo
Uno tendría que ser inhumano y sin sentido de solidaridad y de compasión para no indignarse y no condenar el ataque perpetrado en Boston con dos muertos y cientos de heridos. Pero eso no nos exime de ser críticos. Hubo una teatralización mundial del atentado con objetivos ocultos que deben ser descubiertos.
En el mundo se producen muchos atentados, especialmente en Afganistán e Irak, en presencia de las tropas norteamericanas y aliadas. Siempre con muchos muertos y cientos de heridos. Casi nadie da importancia al hecho, ya naturalizado y trivializado. Muchos piensan: es gente terrorista o personas cercanas a ellos, incómodas al sistema de dominación occidental. Pueden morir. Reconozcámoslo: son seres humanos igual que los de Boston. Sin embargo, las medidas son diferentes.