Charles Aznavour, que ahora celebra sus 90 años subiéndose de nuevo a los escenarios, con cita en el Liceo de Barcelona el próximo 26 de junio, es de abajo arriba una milimétrica anatomía sin desperdiciar, un tipo humano que podía bien ser Napoleón Bonaparte, Antonio Gramsci o Winston Churchill, gobernador a su manera de un imperio más o menos imaginario.