Madrid. 10 de mayo de 2020.
Parece que se paró el reloj de repente, que se detuvo dándose de bruces contra una realidad difícil de comprender y que nos ha dejado a ratos sin aliento. Desapareció la vida de las calles y así quedaron mudas y vacías y solas, nunca antes las había sentido así, ni en mis peores sueños. Y esa vida se encerró en los refugios individuales de cada uno de nosotros, llámense nuestras casas y por caminar más profundo, dígase nuestros adentros. Leer más →