Nosotros, los Escritores por la Tierra, reunidos en el VII Encuentro- “Visiones Sonoras de la Madre Tierra”, celebrado en la ciudad de Heredia, Costa Rica del 6 al 8 de abril del año 2016, nos reafirmamos comprometidos por la defensa del derecho a la Palabra y, de acuerdo a las temáticas debatidas, nos pronunciamos a favor de una Ética de Humanidad para venerar a la Madre Tierra y declaramos que:
Reafirmamos que la base esencial de la sociedad debe estar cimentada más allá de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en tanto que debe incluir la defensa de los derechos a la tierra, techo y trabajo, indispensables para una vida digna y humana. Defender la Madre Tierra implica, inherentemente, defender el derecho humano a la Tierra.
Reconocemos que en un tiempo de complejos paradigmas, la cultura (como factor determinante del desarrollo humano simbólico y material), es el espacio desde el cual se pueden repensar formas inéditas para la paz, la solidaridad, la justicia social y la calidad democrática de las sociedades.
Apoyamos la directriz de Naciones Unidas sobre la relevancia de la cultura como fuerza motora y habilitadora de desarrollo; reconociendo su impacto demostrado a nivel económico, social y ambiental y su poder transformador para responder ante los asuntos y retos críticos del creciente “déficit de humanidad” que acontece. La cultura, en este sentido, puede hacer más sostenible, inclusivo y equitativo al desarrollo.
Consideramos que conservar ambientes saludables y culturas resilientes es una cuestión de derechos humanos y equidad social, especialmente para comunidades locales y grupos socialmente vulnerables, como los jóvenes, mujeres y pueblos indígenas y afrodescendientes, ubicados en zonas geográficas críticas de alta vulnerabilidad, incluyendo “zonas de fronteras” con tensiones interculturales y exclusión social, que en contraste son zonas ricas en biodiversidad.
Denunciamos la agresión del imperante modelo de desarrollo depredador e inhumano, que ha estimulado una acentuación del crecimiento inequitativo. Un modelo insostenible que ha aumentado la desigualdad de género y la pobreza y ha intensificado el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
Propugnamos por tanto, avanzar hacia la redefinición de un modelo de desarrollo que se base en una economía ecológica y solidaria, como propuesta integral basada en la cooperación y la ética.
Alertamos sobre el incremento de la intolerancia a la diversidad y heterogeneidad del ser humano, de las comunidades humanas y de sus expresiones socioculturales y políticas; el exacerbamiento de la xenofobia, el racismo, el odio, el miedo, la violencia y la guerra, como antivalores para preservar el statu quo.
Nos preocupa la actual tendencia de “criminalización” a la comunicación comprometida con los valores humanos y de la protesta social y ambiental, que vulnera derechos tales como la participación ciudadana y la libertad de expresión, reconocidos en diversos convenios internacionales. Por ello, repudiamos además los diversos asesinatos de líderes sociales y ambientales, que han ofrendado su vida, por defender la naturaleza y por cuidar a los más débiles.
Denunciamos el actual fenómeno de las migraciones forzadas, producto de guerras, pobreza y conflictos socioambientales y a su vez, condenamos las inhumanas políticas de migración impuestas, basadas en la xenofobia y la intolerancia que se han convertido en instrumentos para cometer crímenes de Lesa Humanidad.
Hacemos un llamado para que la décimo tercera Conferencia de la Partes de la Convención de Diversidad Biológica en Cancún, México, diciembre 2016, contribuya a robustecer una alianza global urgente para enfrentar los retos actuales de la conservación de la naturaleza, el desarrollo humano sostenible y los derechos inherentes a ambos.
Por lo tanto proponemos y nos comprometemos a trabajar y buscar mecanismos que:
-Desde el arte y la cultura, puedan impulsar el reconocimiento y defensa de la identidad cultural e interculturalidad de nuestros pueblos, en particular aquellos pueblos originarios que mantienen una especial relación con la Madre Tierra. Mostrar al mundo que somos parte integral de ella y que solo escuchándola en silencio entenderemos de dónde venimos y que somos. Identificar experiencias locales ya existentes que pueden ser la base para “desmontar” la cultura consumista.
-Desde la política y la participación ciudadana, puedan reconocer que la relación con la Madre Tierra no es individual, es colectiva y que en ese sentido, construyendo colectividad, se construye asociatividad y cooperación, elementos indispensables para la participación ciudadana en la defensa de la Madre Tierra. Que es importante empoderar desde un enfoque de género la participación pública ciudadana, que tenga prioridad en programas de inclusión y equidad en las políticas públicas.
-Desde la filosofía y la ética, animar el reconocimiento por parte de los intelectuales y educadores en general, que la ciencia moderna y su racionalidad no tienen que ser elementos que promuevan conductas de dominación hacia la naturaleza y que más bien las visiones de conexión holística son las que deben imperar. Reconocer que un nuevo paradigma de relación “gente ambiente” debe ser construído reconociendo que el modelo de desarrollo actual está agotado.
-Desde la conservación y el derecho, reconocer que la mayor amenaza que enfrenta la humanidad en la actualidad es el cambio climático. Sin embargo ante la magnitud del problema, es importante valorar y promover soluciones naturales para la mitigación y adaptación del mismo en favor de la Madre Tierra y la equidad social con enfoque de derechos.
Aplaudimos y reconocemos la extraordinaria y generosa contribución de todas las personas e instancias de la Universidad Nacional de Costa Rica-UNA, de la Fundación Mare Terra – Mediterrania y de la Municipalidad de Heredia – Ciudad de las Flores, que han hecho posible este encuentro de voluntades, visiones y sonoridades; y que además ha servido de merecido reconocimiento al escritor y teólogo brasileño Frei Betto, maestro de una visión cósmica y comprometida con la Tierra y las comunidades humanas más excluidas.
En nombre de la Palabra y en veneración de la Madre Tierra…
“ Aún no había galaxias, estrellas, ni planetas,…la gravedad interactuaba con las partículas elementales…reinaba en toda la creación, la armonía entre materia y energía, gobernada por una única fuerza cósmica, la super-fuerza, de la cual se derivarían todas las fuerzas de la naturaleza” Frei Betto.
Heredia, 8 de abril de 2016