Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975) es uno de los actores más populares del cine español y latinoamericano. Ha participado en más de cincuenta producciones cinematográficas, como Historias del Kronen, Martin (Hache), Plenilunio, Asfalto, Vete de mí o Hablar, entre otras. También ha sido guionista (Los abajo firmantes) y director (participó con un corto en el film ¡Hay motivo!). Botto también tiene una carrera muy sólida en el teatro como autor, director y actor. Su trabajo se ha visto reconocido con varias nominaciones a los Premios Goya y los Premios de la Unión de Actores. En 2014 ganó dos Premios Max por su guión y actuación en Un trozo invisible de este mundo.
Más allá de su trayectoria artística, Juan Diego Botto, que llegó a España huyendo de la dictadura argentina, es conocido por ser una persona con un gran compromiso social y un firme defensor de los derechos humanos y la justicia solidaria. Ha participado de manera muy activa en movimientos ciudadanos como Nunca Máis, ¡No a la guerra! o el 15-M. También es muy habitual verlo en asambleas vecinales o colaborando con oenegés. En las entrevistas habla claro y critica todo lo que va en contra de sus principios. Y ha promovido, organizado o dado apoyo a manifestaciones y manifiestos contra la intervención del ejército hebreo en Gaza o la invasión en Siria, contra las amenazas a la libertad de expresión, contra las políticas migratorias de la Unión Europea y un largo etcétera.
Su compromiso se ve reflejado en muchas ocasiones en su obra. En Despertares y celebraciones criticaba de manera mordaz el comportamiento de las clases más privilegiadas durante la dictadura argentina. Su aplaudida versión de Hamlet era, en el fondo, un grito rabioso por el mal funcionamiento de la justicia. Y Un trozo invisible de este mundo abordaba temas muy delicados como el exilio o la inmigración inspirados en personas y experiencias reales. Con esta obra, tanto en su versión teatral como literaria, Botto demostró que detrás de las cifras de muertos que aparecen en los periódicos hay personas de carne y hueso, con nombre y apellidos, que tan solo quieren tener una vida digna.
Se le otorga un Premi Ones por su compromiso ético y social como artista y como ciudadano, por poner su prestigio al servicio de causas justas como la memoria histórica, por su constante implicación con entidades y movimientos sociales, y por ser un creador que da voz y visibilidad a las personas más desfavorecidas y que más merecen ser escuchadas.