Por Oscar Molero
“Si todo vale nada no tiene precio” Una vez cocido el reparto para mojar pan en el huevo y habiendo salpicado su yema frita al ciudadano de Salou, parte del reparto de quienes permiten en dicho municipio el turismo de borrachera, enmudece ante la posibilidad de retirar la distinción de familiar a su turismo. Que miles de estudiantes británicos vengan a sodomorrear nuestro territorio y que nuestros políticos gomorreen sus peticiones no es grave, es simplemente lastimoso. Lo más triste de todo es que unos por litros de cerveza y kilos de desenfreno hacen lo que quieren por mantener a otros borrachos de dinero vomitivo. Que el joven turista sea estudiante y vengan con la excusa barata de practicar deporte, en barra libre, no tan sólo no maquilla si no afea el montaje chapucero de quienes se comen la yema sin dejar ni la clara.
La noche confunde a vampiros y algunos rondan por los consistorios durante el día, son inconfundibles por sus bolsillos afilados y por sus capas de oscuridad. Toda esta fiesta para algunos y víspera de sueño para otros, no deja de ser una prueba más de que todo tiene precio y que el turismo de borrachera confunde el todo incluido con el todo vale.
La gota llena el vaso si alguien deja el grifo abierto. Vampiros del día que bebéis de la noche, cerrad el caudal del agua contaminada para que podamos seguir bebiendo todos gota a gota y en familia… ¡haced el favor! Santa Semana de procesiones de ebrios les espera a los vecinos de Salou. Hay penitencias en las que hay que dejar de creer.