Por Óscar Molero, miembro de la RIET
“Recortar a quien no tiene es imposible pero a quien no puede es injusto” Cuando el pelma tema de la independencia sigue poniendo la carne de gallina a unos y el pecho de gallito a otros, los dependientes, al parecer, dependerán, aún más, debido al nuevo y torpe recorte de desajuste que les está haciendo mella y provocando la gesta de sacarles los dientes. En tiempos en los que los dependientes no tratan casi con clientes y las minusvalías se valoran a la baja, la decisión de recortar por lo insano hacia los malogrados dependientes va tomando el rumbo hacia la desaparición de la ley de la dependencia.
Suficiente desgracia es estar y sentirse al cuidado y amparo de alguien, o algo, como sillas de ruedas, bastones, hijos, prótesis, medicamentos…, como para que les eliminen parte de las ayudas por arte de mafia con la vara del recorte y el poder de la poda.