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Hormigón armado

Espana_hundidaPor Oscar Molero, miembro de la RIET

“No hay que empeñarse en lo que está cedido ni aguantar lo que está partiendo”España además de estar empapada de conflictos parece que se resquebraja. Entre la gotera que le cae por el noreste como un jarro de agua sucia provocada por una lluvia estelada de independentismo, y el baño de incertidumbre británica que le cubre sin gloria al cruzar el estrecho pero hondo charco, los mini histéricos españoles de asuntos interiores y de disgustos exteriores están que no se desahogan. La historia es la leyenda de lo que ha pasado y el tebeo de lo que pudiera pasar si los personajes de este cuento no se desdibujan con inmediatez.

Gracias a tratados de conciencia y sonados acuerdos  timbrados, las causas justificadas tienen memoria no como algunos que pasan página cuando ven mucha letra pequeña que le viene grande a su interés. Gibraltar no es español, lo fue y no lo será hasta que deje de ser inglés y eso va a ser muy difícil a no ser que venga el ratoncito Florentino Pérez les cuente la cartilla, les saque los dientes y les pague algo más de lo que “Bale” Los ingleses, además de saber hablar muy bien inglés, también saben tocar las ingles y a eso hay que reconocer que nos ganan porque por mucho que creamos ser Lazarillos de Tormes y Sanchos a la panza de Quijote, y pensemos en voz alta que somos más vivos y listos que los demás, hoy en día no podemos demostrarlo, como en otras eras, porque somos quien actualmente nos representa, eso es lo que prima. Tened en cuenta que si a estos hijos de la gran Bretaña se les trata con tratados de “usssted” y con mucha diplomacia de despacho telefónico en asuntos como el del bloqueo al territorio pesquero español a base de lanzamiento de bloques de hormigón armado, el Cameron de la Isla tocará por burlerías y el quejío acabará con un sonoro aplauso británico.

Contundencia elegante y claridad de objetivos. Las causas se ganan poco a poco trabajando como las hormigas hasta llegar a convertirte en ese hormigón armado de valor y credibilidad. España ha pasado de hormiga trabajadora a mosquita muerta. De la zeta a la ese… ¡Zas!

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