La exitosa creadora de la saga mágica de Harry Potter había demandado a la firma Russells después de que uno de sus socios, Chris Gossage, revelase a la mejor amiga de su mujer que Roberth Galbraith, autor del libro, era en realidad Rowling bajo seudónimo.
La portadora del secreto contactó días después a través de Twitter con una columnista del periódico británico «The Sunday Times», que provocó un «boom» literario tras desenmascarar a la novelista, lo que disparó las ventas del libro en el Reino Unido. Decepcionada tras conocerse su seudónimo, Rowling demandó a Russells al entender que la «total confidencialidad» depositada en la firma se había visto traicionada.
Pero hoy la escritora accedió a dar por zanjado el proceso judicial que había iniciado en un tribunal británico después de acordar que Russells realizará una «sustancial donación» benéfica a la ONG Soldiers’ Charity, dedicada a atender a soldados retirados o heridos en combate y a sus familias.
El protagonista de la novela policíaca «The Cuckoo’s calling» es un excombatiente de guerra reconvertido en detective privado, algo que hizo que la escritora se acercara al mundo militar como resultado de su trabajo creativo, lo que le impactó enormemente.
Los beneficios globales obtenidos por la venta de la novela desde el 14 de julio, día en que se reveló que había sido escrita por Rowling, se destinarán a dicha asociación durante tres años, como explicó la propia autora en un comunicado tras el acuerdo judicial.
«Escribir sobre un héroe que es veterano de guerra me ha permitido apreciar y entender enormemente lo mucho que estas organizaciones benéficas hacen por los excombatientes y sus familias, y cuánto apoyo es necesario para ellos», afirma la escritora en la nota.