Benito Pérez Galdós, considerado el máximo exponente del realismo literario español por no pocos expertos, no rehuyó escribir «argumentos fantasiosos» y personajes casi propios del romanticismo, como un hombre sin cabeza o un órgano que tocaba solo al morir su encargado.
Conocer esas rarezas del autor clásico es una de las bondades que para el lector ofrece la última y más completa edición que hasta el momento se ha publicado de los «Cuentos de Galdós», una recopilación de veintisiete relatos cortos que estos días ha presentado el Cabildo de su isla natal, Gran Canaria, según explica a Efe la responsable de la antología, Yolanda Arencibia.
Quienes lean esos cuentos, que fueron publicados de 1861 a 1915 en periódicos de distintas ciudades y en algún caso no habían aparecido en ningún libro hasta el momento, entrarán en contacto con una producción del autor isleño cuya característica más sorprendente es que «tiene mucha más fantasía que la que se trasluce en sus novelas».
Una circunstancia esta que, en opinión de Arencibia, directora de la Cátedra Galdós de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, no le resta a esos escritos ninguna de las señas de identidad fundamentales que comparten todas las obras de su autor. Hasta el punto de que «cualquiera que lea un cuento de Galdós, que lo conozca, sabe que es una obra de Galdós», sentencia.