“Tras el debate del estado de los que sobran en la nación, se puede decir de sobras, que la realidad les supera en ficción y la lucidez ofusca sus sermones. A años luz para que logren visionar la realidad con la claridad pertinente con la que con urgencia precisa el pesado presente continuo, que carente de compromiso perdura en el duda a duda de la ciudadanía, la dirección de la “empresada” España persiste con la inmediatez de apoyo al ralentí hacia quienes siguen padeciendo, desde el complicado arte de subsistir, frente al desencuentro con el trabajo no remunerado como el de sobrevivir.
Nuestros gobernantes se empeñan en destinar el tiempo de estrado en configurar como figurantes, y como casi siempre después, un descarado ambiente enmascarado de refugio cálido y sólido, sacando con brío, un custodiado pecho al encubierto ofreciendo, en forma de zumo de limosna, la espalda a la descolocada situación de quienes forman la nación dirigiéndoles hacia ese otro debacle que les insiste entre la vida y su suerte. Hay músculos más importantes que cultivar que los pectorales, el de la noción, que se encuentra entre la inteligencia y el corazón y precisamente no es el pecho. El pueblo ya sin temple ni más remedio que el del cambio, huida o resignación, les contempla desde el patio de butacas como si de una vulgar y aburrida tragicomedia se tratara.
Como “trileros troleros” con trajes de mucha hucha que se enfundan contratos de diestro a siniestro con tratos de trucos a base de discretas tretas de guante blanco, mientras que a ellos mismos el positivismo mediático con el que estratégicamente han hecho su supuesta en escena, les abruma incluso por lo que proclaman a la vez que les hace temblar en su palabrear sísmico de apariencia sesuda al no creer en lo que hacen y al no crear lo que dicen: Que España avanza… es su orientar pero… ¿hacia dónde? Que están deteniendo la hemorragia… es sin duda una cura muy cara y dura pero… ¿a cuántos y a quienes? Que España emerge de la recesión…será una “su posición” desde el poder… y que vamos de la recesión hacia el crecimiento económico… ¿eso lo veis? Desgraciadamente no deja de ser tan sólo uno de otros tontos momentos de deseo e ilusión óptica de quienes ven desde los vendidos, y vendados ojos por sobres sellados con “sillínpoltrona”, la certeza de un país a la deriva y no desde el descubierto enojo social que persiste tuerto por las calles del aciago país. No es cuestión de criticar por desmitificar o de opinar por despotricar, se trata de ser cierto, verídico e incluso verificador de la realidad que acontece contemplándola desde una objetiva situación, sin esa mirilla traslúcida de autocomplacencia que dispara el objetivo placebo.
El estado de la noción no tiene más debate y salida que el de ponerse de acuerdo para poner entre las cuerdas, desde la democracia civil, a quienes no se acuerdan que son muchos los que pierden con este ejecutivo ejecutor de medidas de vértigo provocando de una vez por todas que el gobierno se ponga las pilas y la oposición pelee a partido limpio para que de inmediato se creen palas dando palos al agua, que no pelotazos de goma ni de gama alta, y hagan crecer el pelo hasta a las ranas en las cloacas, a los renos en navidad y disequen la ruina absorbiéndola de la permanente novedad que observamos diariamente en nuestro alrededor. Se trataba de mostrar el diagnóstico sin adornos y de operar con maestría y pundonor la letal enfermedad que padece este fatalizado país en el cual ya han dado paso, con hincapié, para que la desocupación se convierta en desconfianza a falta de ilusión. Han sido rapaces de hundir la flota, ahora toca ver si son audaces de emerger repartiendo flotadores inflados sin humo a quienes se ahogan en este encharcado mal aunque sea con el achique estratégico de los votos salvavidas. La debacle de la nación emergerá cuando el pueblo debata con noción su conmoción sin censura”