Cristina Almeida (Badajoz, 1944) es una conocida política y abogada que ha ejercido una amplia actividad política y jurídica. Almeida es reconocida por el importante papel que ha desempeñado por el reconocimiento de derechos fundamentales para las mujeres en España. En 1966 abrió un despacho profesional y pronto se convirtió en un símbolo por su trabajo como abogada de presos políticos y trabajadores sindicalistas, siendo procesada en varias ocasiones por jueces de la Audiencia Nacional. Otro punto álgido de su carrera tuvo lugar en 1977, ya que fue uno de los abogados de la acusación en el juicio por la Matanza de Atocha, sobrenombre con el que se conoce el asesinato de varios trabajadores y abogados por parte de la extrema derecha en un despacho de abogados laboralistas. Dentro de su vertiente política, es remarcable que es una de las personas que fundó Izquierda Unida, y que fue diputada en el Congreso (en dos legislaturas diferentes) y senadora (una legislatura).
Cristina Almeida es reconocida especialmente porque tras la llegada de la democracia centró sus esfuerzos profesionales en el campo del feminismo y la lucha por los derechos de la mujer. Como ella misma explicó, “lo mejor que me pasó en el año 68 fue descubrir la desigualdad de la mujer para incorporarla a mi lucha y decir: ahora voy a ser de las nuestras, de las mías, de las de todas”. Es una de las personas que más luchó por la despenalización del aborto, y puso un gran empeño en sacar del armario la problemática de la violencia machista (que hasta entonces estaba considerado como un “tema doméstico”). En 1995 fundó ABA Abogadas junto a Ana Clara Belío, un despacho que actualmente dirigen seis socias.
Se le otorga un Premi Ones (Mención Especial Foca Mediterrània) por dedicar su carrera a la defensa de valores como la igualdad, la solidaridad y el progreso, por no haber dejado nunca de ser revolucionaria, y por su papel fundamental en la defensa de los derechos humanos, especialmente los de los presos políticos, los trabajadores y las mujeres.