“La mano de obra barata sale cruz si planta cara” ¿A qué obrero de hoy en día no le han “trabajado” el sueldo hasta en un cuarenta ladrones?, es cierto que el porcentaje podría ser aún peor pero realmente es inaceptable y, en seguras mentes, evitable. Soportar las exigencias reguladoras hasta rozar de lleno el “extra-gulamiento” de “esclabismo” encubierto, se ha convertido en una práctica de resignación implantada con aceptación inadmisible, entre los comités de presos de empresa por temor a perder ese impuesto de “te bajo hasta que suba la producción” en el que se amparan los empresarios con pérdidas de harina pero también los apresadores de presas que se pierden en su “arroganancia” de avara codicia para sumar paro, sin reparo, al índice que señala el abismo laboral.
Va de retro
Retroceder no sólo es una decisión de cobardes también puede llegar ser un defecto de valentía”. Plante y temor aparte, está claro que el virus de la evolución retrógrada instalado sin antídoto en la desprogramada ruta del actual gobierno, nos ha cambiado la luna con parabrisas de nuestro frente por un tremendo y feo retrovisor. La óptica visionaria y alentadora, que en demasía asumía el abuso del endeudamiento hasta hace apenas meses, no era sostenible de ninguna de las deformadas maneras pero lo es tampoco este desdén de soberanas sobreactuaciones en diferido por parte de los moderados políticos, en aumento, y asalariados en detrimento de sus vasallos.
Los magos en septiembre
Queridos Reyes majos:
Disculpad que os escriba tan pronto pero me veo obligado a hacerlo. Me he enterado que mis padres no pueden pagar mis libros del colegio ni los de mi hermano, y he pensado que antes que financiarlos en unos grandes almacenes, alimentando siempre a los mismos y apoyar publicidades engañosas que fomentan jugando al equívoco entre los términos ahorro y financiación, quisiera pediros mis reyes por adelantado si fuera posible. He paseado mucho sin fortuna buscando al genio de la lámpara antes de recurrir a vosotros.
Hormigón armado
Por Oscar Molero, miembro de la RIET
“No hay que empeñarse en lo que está cedido ni aguantar lo que está partiendo”España además de estar empapada de conflictos parece que se resquebraja. Entre la gotera que le cae por el noreste como un jarro de agua sucia provocada por una lluvia estelada de independentismo, y el baño de incertidumbre británica que le cubre sin gloria al cruzar el estrecho pero hondo charco, los mini histéricos españoles de asuntos interiores y de disgustos exteriores están que no se desahogan. La historia es la leyenda de lo que ha pasado y el tebeo de lo que pudiera pasar si los personajes de este cuento no se desdibujan con inmediatez.
Palos en las ruedas
“Es muy cómodo subirse al carro cuando va sobre ruedas”. Emprender, además de fascinante es acojonante. No por el miedo que pueda ocasionar el esfuerzo de enfrentarse al inicio de nuevos proyectos, sino por lo que se puede llegar a aprender mientras surcas los mares con bribones de abordo y grumetes que tienen la encubierta misión, y el innato oficio, de hacer perder la ilusión a los emprendedores. Las dificultades ponen a prueba y a cada uno en su lugar cuando se superan o se declinan, pero durante el mientras, todo parece natural y hasta bueno, bonito y para rato.
El recorrido de un emprendedor y un buen proyecto, está lleno de máscaras, patas cojas y labios que cubren colmillos con caries. De lobos con babas que callan otorgando su descaro cuando les hacen la cobra ante el beso de la víbora. Está claro que el lobo se viste de seda pero mono se queda cuando se es capaz de desenmascararle y plantarle cara ante su despropósito. La palabra ayuda está pervertida por el interés de sumar en la casilla del mérito propio y del hacer ver que siempre has sido escudado y no entorpecido por él mismo.