El bloque socialista se desintegró antes de cumplir un siglo. La Unión Soviética se desmoronó y los países que la integraban adoptaron el capitalismo como sistema económico y sinónimo de democracia.
Todo lo que el socialismo pretendía y que, en cierta medida, había alcanzado –reducción de la desigualdad social, garantía de pleno empleo, salud y educación gratuitas y de calidad, control de la inflación, etc.- desapareció para dar lugar a todas las características deshumanizadoras del neoliberalismo capitalista: la persona mirada no como ciudadana sino como consumista; el ideal de la vida reducido al hedonismo; la explotación de la fuerza de trabajo y la apropiación privada de más-valía, la especulación financiera; la degradación de la condición humana a través de la prostitución, de la industria pornográfica, de la criminalidad y del consumo de alcohol y drogas.