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Octavio Paz, un poeta religioso en el sentido más profano y profundo del término

pazAyer, la Residencia de Estudiantes fue escenario de una de las más emotivas jornadas de homenaje al poeta y ensayista Octavio Paz, cuyo centenario se cumplió el pasado 31 de marzo. Por la mañana, una animada conversación reunió al poeta y profesor uruguayo Enrique Fierro y a Juan Malpartida, también poeta y crítico literario de ABC, quienes fueron moderados por el editor Aurelio Major, comisario de los actos del centenario.

Major recordó haberle preguntado a Paz cuáles consideraba sus libros más importantes. Y él le respondió: «Mi poesía, como un todo, los tres libros sobre poética: ‘El arco y la lira’, ‘Los hijos del limo’ y ‘La otra voz’; y el dedicado al amor y al erotismo: ‘La llama doble’». Enseguida Fierro y Malpartida fueron desgranando los temas que recorren estas obras.

La primera, cuyo título alude a un fragmento de Heráclito, está escrita con «prosa seductora» y es un repaso «didáctico» a temas como lenguaje, ritmo, imagen, inspiración, poesía y experiencia religiosa. En el segundo, cuyo título alude a un verso de Nerval, recorre los hilos de una tradición que se inicia en filósofos como Heráclito y Platón, pasan por Plotino y las rutas gnósticas y herméticas, atraviesan el Renacimiento y el Barroco para enriquecer luego el romanticismo, y concluyen en las vanguardias contemporáneas iniciadas por simbolistas y parnasianos. Hilos que tuvieron gran relevancia en el surrealismo. Y el tercero de estos títulos él lo dedicó a la poesía del fin del Siglo XX.

Una de las imágenes definitorias de la poética de Paz fueron «los signos en rotación» (título de un importante ensayo), pues es la manera en la que el lenguaje convierte el mundo en presencia. Pero también lo fue la «tradición de la ruptura», tan característica de la poesía moderna. Ambos ponentes vieron en el homenajeado no sólo a un poeta de la «otredad» (en la senda machadiana), sino a un «poeta religioso en el sentido más profano y profundo del término».

Por la tarde hubo un recital concelebrado por una veintena de poetas que lo conocieron y admiraron: Ida Vitale, Antonio Gamoneda, Juan Antonio Masoliver, Clara Janés, Enrique Fierro, Pedro Provencio, Manuel Ferro por el fallecido José-Miguel Ullán, Jenaro Talens, Vicente Molina Foix, Olvido García Valdés, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, César Antonio Molina, Miguel Casado y Alfonso Alegre, quienes pusieron voz a poemas del autor.

informa: www.abc.es

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