Todo lo bueno llega a su fin… Este viernes ha concluido el VII Encuentro de Escritores por la Tierra, que se ha llevado a cabo en las instalaciones de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) en Heredia durante los últimos tres días. Los organizadores -la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET) y la propia UNA- se han mostrado muy satisfechos por cómo se han desarrollado las actividades, ya que se han cumplido los objetivos previstos tanto a nivel de calidad de los actos como de afluencia de público.
Tanto los miembros de la RIET como los alumnos y trabajadores de la UNA se han involucrado para que el evento fuese un éxito, y su esfuerzo se ha visto recompensado. Los participantes han acabado la jornada del viernes fatigados -ha sido el día con más volumen de actividades- pero con una sonrisa muy amplia en su rostro. El principal homenajeado del VII Encuentro, el teólogo y miembro del Comité Honorífico de la RIET Frei Betto, se ha despedido asegurando estar “muy satisfecho de lo que hemos vivido” porque “nunca antes había estado en un evento de estas características en el que hubiera tanta música. Y me ha encantado que fuera así”.
El día ha empezado con la celebración del panel ‘Ética de Humanidad para venerar a la Madre Tierra’, que ha contado con la participación de Hernán Alvarado, Carlos Brenes, Manuel Ortega y Grethel Aguilar. Todos ellos, desde su campo de especialización (política, filosofía, ética, arte, cultura…), han reflexionado sobre las principales amenazas de la Madre Tierra y el valor principal que debe promoverse para que la humanidad la venere. Además de los panelistas, el público también ha podido dar su punto de vista. Después se ha dado inicio a la II Jornada Literaria, en la que de la misma manera que ayer los miembros de la RIET presentes en el evento han tomado el protagonismo. Durante la primera parte, Ignacio Martínez, Mayra Jiménez y Bosco Centeno han presentado al público sus últimos libros. La segunda mitad ha consistido en una lectura de poesía en la que han participado Giovanna Mazzotti, Daniel Matul, Guillermo Acuña y Rocío Ramírez. Finalmente, se ha proyectado el documental ‘Mi ayer será tu mañana’, de Andrea Eidenhammer y Ricardo Castillo, que tomando como contexto la dictadura de Somoza en Nicaragua, reflexiona sobre cómo la poesía -o sea, la palabra- puede transformar la sociedad. Ha sido un acto muy especial -y muy celebrado por todo el público asistente- ya que era el estreno del film en Latinoamérica (en las próximas semanas se presentará oficialmente en Nicaragua).
Ya por la tarde, y después de un festivo pasacalles -nunca antes un Encuentro de Escritores por la Tierra había sido tan musical-, ha llegado el momento de los dos actos más esperados del evento: la lectura del Manifiesto de Heredia y el concierto de clausura. La lectura del manifiesto en los Encuentros de Escritores siempre supone una experiencia reflexiva, intensa, incluso catártica, creando una comunión muy especial entre todos los asistentes. Hoy no ha sido una excepción. El rector de la UNA, Alberto Salom, ha sido el responsable de leerlo, acompañado en el escenario por todos los miembros de la RIET que han participado en el evento. De esta manera, se ha plasmado visualmente la unión entre la RIET y la UNA que tan positiva ha sido.
La fiesta ha tenido el broche perfecto con el concierto de clausura (titulado ‘Visiones sonoras de la Madre Tierra’) que ha contado con músicos de renombre de la RIET como son Javier Medina Bernal, Esteban Monge, Marviro Ensamble y Perrozompopo. La música, de la mano de la RIET, de nuevo protagonista en unas jornadas que han tenido como principal conclusión que no es la Tierra la que necesita a la humanidad para vivir, sino nosotros, los humanos, los que necesitamos a la Tierra para poder perpetuar nuestra especie. Ésta y otras muchas reflexiones se han producido en los últimos días, de la mano de un grupo de personas que utilizan la cultura para expresar su amor por la Madre Tierra. Ojalá que este VII Encuentro de Escritores sirva, por encima de todo, para que podamos construir un mundo mejor.
